La responsabilidad bien encaminada nos dejará adultos con la posibilidad de apreciar las bellas artes.

En muchos proyectos de orquestas y bandas sinfónicas infantiles la música solo es el medio, es el acercamiento y la sensibilización, pero la tarea, el cambio que necesita nuestro país son maestros con la capacidad de transmitir valores y empatía hacia los demás por medio de diversos proyectos culturales utilizando el arte como un vehículo, la responsabilidad bien encaminada nos dejará adultos con la posibilidad de apreciar las bellas artes así como con principios y convicciones fuertes haciendo un adulto virtuoso que a su vez se hará cargo de inculcar lo mismo a las siguientes generaciones.

En 1975 un maestro y músico venezolano José Antonio Abreu creó el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela el cual buscaba crear orquestas a lo largo del país como rescate de los niños y jóvenes de barrios vulnerables, hoy en día muchos de esos jóvenes son maestros y músicos notables que tocan en orquestas de todas partes del mundo. En México en 1989 nace el primer proyecto inspirado en el sistema venezolano a cargo de Fernando Lozano y Manuel de la Sera quienes viajaron a Venezuela para posteriormente traer la idea a nuestro país lo que generó el nacimiento de varias “orquestas-escuelas”, más tarde se convierte en lo que conocimos como el Sistema Nacional de Fomento Musical llegando así a diferentes partes del país.

¿Cuál es el fin de los proyectos culturales que surgen en México? Dichos proyectos dan como resultado jóvenes profesionistas ya sea en alguna disciplina cultural o en otra profesión, esos jóvenes que se encontraban mu‐
chas veces en situaciones vulnerables descubrieron por medio de la música una alternativa de vida diferente; el trabajo del docente viene a ser una figura fundamental para el desarrollo emocional del alumno, no todos los maestros están preparados para realizar esa labor valiosa para el estudiante por lo cual se necesita tener ética para llevarla a cabo. El docente es el principal acercamiento a las vidas de numerosas personas, a veces es necesario dejar de lado la técnica instrumental y ser solo un guía o un escucha para sus alumnos. Si queremos una sociedad que demande a su gobierno por una mayor calidad en los proyectos culturales que sean llevados a cabo por personal capacitado en el área y no improvisaciones de estos con “apoyos” o sueldos que no dignifican el quehacer del artista como un derecho fundamental, cuando como sociedad se exija calidad para los proyectos profesionales y maestros preparados con empatía y capacitados en el trato que recibirá el alumno de manera respetuosa y atenta, entonces tendremos un mayor número de personas con valores y principios así como orquestas, teatros, galerías y librerías llenas y menos jóvenes carentes de atención y amor que buscan un refugio en las calles en manos del crimen y las drogas.

Pero estimado lector no necesitamos ser todos docentes para sembrar una semilla con dichas cualidades, la tarea como agentes de cambio que deciden actuar y ser participe de el, es el consumir el arte de calidad e incentivar la creación de estos proyectos, así como en nuestro diario vivir existen las oportunidades de obrar con virtud las cuales generarán a su vez más virtud.

 

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