Por: Marco Aurelio Corona López

El mundo se ha detenido económicamente por esta pandemia y tanto los gobiernos como la iniciativa privada está en búsqueda de planes que reactiven de manera más rápida y eficaz la situación económica, por lo cual de manera natural se ha volteado a ver a la industria de la construcción dado su gran potencial para acelerar la economía, no solo en México, si no a nivel mundial.

 

Uno de los grandes beneficios de invertir en esta industria para lograr dichos objetivos tiene que ver con un efecto multiplicador a gran escala, que se genera debido a que la inversión no solo repercute de manera directa  en esta industria, si no que se estima que gracias a ella cerca de 180 sub-sectores se ven beneficiados y estos a su vez cíclicamente a otras diferentes industrias.

 

Es importante mencionar que en muchos de los casos estos proyectos vienen a transformar entornos de manera inmediata, dado que es común que en las zonas donde estos se  estén desarrollando la economía esté rezagada y a la vez la inseguridad se esté dando de manera colateral y, a la hora de ponerse en marcha dichas obras, de manera natural se genera una reactivación económica inmediata del entorno, puesto que dado el gran número de personal que labora en ellas tendrá una gran demanda de diferentes productos y servicios durante todo el proceso, pero además, y aún más importante, el bienestar que viene a representar por sí mismo a futuro y los giros que se desarrollarán en torno a él para complementarlo.

 

Otro aspecto a destacar de lo que representa propiamente al interior de cada obra, es la amplia gama de empleos que generan en este tipo de proyectos, puesto que  se hacen necesarios los servicios  de un sinnúmero de perfiles, de personal de diferentes, sexos, edades, grados de educación, niveles socioeconómicos, etc. durante el proceso de la obra, pero que ya una vez terminada permanentemente generará de manera natural empleos para otro sector de la población económicamente activa, según el giro o giros que se den al interior de dicho desarrollo.

 

Por otra parte se generan mayores posibilidades de desarrollo de este tipo de inversiones, la ambivalencia de poder ser llevados a cabo tanto por parte de la iniciativa privada como pública y, que como valor agregado, sobre todo cuando llegan a ser parte del sector público mediante los planes y programas de gobierno,  representan un rescate social dotando de infraestructura y beneficios a la población.

 

En resumidas cuentas y con base en lo anteriormente señalado, la industria de la construcción será uno de los más importantes medios para la rápida y permanente reactivación de la economía, por lo que seguimos exhortando tanto al sector público y privado a la promoción de dichos proyectos.

Marco Aurelio Corona López

Correo: marco_aurelioc@hotmail.com