Tablet, milenial, smartphone, boomer, zoomer, son palabras que Word me marca como errores a pesar de ser términos populares cuyo significado seguramente conoces. ¿Por qué marcarlos como error? Podemos dar el argumento de la lengua, de cómo Word los engloba así debido a su configuración en español, pero en la cotidianeidad los usamos como una mezcla, como parte del habla hispana; otros podrían defender el uso de traducciones, de decirles tableta o teléfono inteligente, pero cuando suficientes personas usan una palabra, ¿su significado no es inevitablemente compartido por todas y todos? Lo traigo a colación, porque debemos darnos cuenta de lo mucho que hace falta adaptarnos a la modernidad, en nuestra sociedad y en sus productos. El presente nos alcanzó. Quedarnos viviendo de la nostalgia no es alternativa y nuestro arte debería comunicar esta transición. Quizá sea debido a las influencias que tienen los artistas, llegadas siempre del ayer, que las obras modernas tienden a replicar lo que se ha hecho antes. Es complicado, por decir lo menos, que un creador rompa ese ciclo y hable no solo de temas relevantes para su entorno, sino que lo haga utilizando herramientas y técnicas que se perciban innovadoras. Pero innovar es difícil en todos los ámbitos, implica dejar atrás ideas arcaicas, priorizando el futuro.

Con eso dicho, el especial de comedia Bo Burnham´s: Inside resultó ser esa innovación que estuve esperando. Conocía el trabajo de Burnham, tanto su comedia musical como su paso por el cine con Eight Grade, película independiente sobre crecer en la era millenial. Debido a este antecedente, esperaba un material entretenido y dinámico. Lo que obtuve fue una introspección al proceso artístico, una crítica a nuestro presente, un «especial cómico» que de cómico solo tiene el nombre. Este, en realidad, es un documental sobre la soledad, la pandemia y la tristeza de una generación condenada por la tecnología y la manipulación.

Burnham se volvió famoso en YouTube con música que él componía, escribía y cantaba, donde realizaba diversas críticas envueltas en un tono cómico. Pensar en su evolución como creador de contenido es sorprendente. Solo basta escuchar el concepto de este «especial», donde Bo decide encerrarse en un set por un año (siguiendo las normas de aislamiento por COVID) filmando en soledad. Él dirige, actúa, maneja la iluminación, escribe el guion y controla cada aspecto de su obra, experimentando, hablando con su audiencia, rompiendo la cuarta pared constantemente y sobre todo reflexionando con crudeza sobre la realidad del mundo en 2020. Lo que construyó es un reflejo (más triste que divertido) de la juventud y sus problemas, de la forma que tienen los millenial para ver el mundo y los arrepentimientos que un artista posee sobre su presente y su pasado.

Esta es una obra de arte moderno, que aprovecha cada herramienta a su disposición, desde la luz de tablets, smartphones o laptops (que simboliza la manera en que estos aparatos nos envuelven y nos aíslan), hasta la división generacional con boomers o zoomers donde busca realzar nuestras similitudes más que ampliar nuestras diferencias, Inside es una película que en verdad les recomiendo, aunque no será fácil, y dependiendo cuánto coincidan o disciernan con el intérprete, les puede tomar más de una sesión terminar de verla.

Sin más que agregar, soy Cristóbal Ruiz Gaytán… Disfruten la función.