La feria de Colima es más antigua de lo que la gente puede pensar, comentó Osvaldo Mendoza, historiador y escritor de nuestro estado. «Tiene siglos siendo un festejo que se relaciona con las festividades del 2 de noviembre, con la muerte, la vida y el paso de las estaciones del año».

 

La Feria de Colima tiene mucho que ver también con la cosecha, es a finales de octubre cuando ya han pasado  las lluvias y comienza un nuevo ciclo de vida. Al mismo tiempo  coincide con la festividad de los difuntos que es celebrada en varias partes de México, incluyendo Colima.

«El dato más antiguo del que se tiene registro es del virreinato donde se da por sentado un duelo de espadas en unas festividades que tienen lugar cerca del mes de noviembre, relacionando las fechas con el festejo del día de muertos». Aseguró Osvaldo Mendoza.

Fue hasta el año de 1824, cuando a través de una declaratoria hecha por el Congreso General Constituyente, que se aprueba la realización de una feria con duración de 10 días, dicha celebración se llevaría a cabo en el mes de marzo.

Durante unos años la información se perdió, sin embargo fue hasta finales del siglo XIX que se encontró la mención de una celebración de la misma índole bajo el nombre de “Feria de Todos Santos”, haciendo alusión a su nombre en latín: Omnium Sanctorum.

En 1906 la feria se trasladó al jardín Núñez para luego, en 1932, desplazarse a la Calzada Galván.

Luego de evolucionar, se tiene registro que en el año de 1934 como consecuencia de la Revolución Cristera, se despoja la participación de la iglesia católica en el festejo y la asume, por primera vez, el gobierno estatal.

Salvador Saucedo, quien era gobernador en aquel tiempo, fue quien la estableció como un festejo estatal, denominándose como “Feria regional, agrícola, ganadera e industrial del estado de Colima”, un nombre que sólo la oficialidad reconoció, sin embargo el pueblo la denominó “Feria de Colima”.

Después de 1934 la feria se suspendió por varios años debido a diferentes sucesos, entre los que destacan el sismo de 1941, cuando debido a la gravedad de los daños de la ciudad la celebración fue muy reservada,  la fiebre Aftosa fue otra causante de interrupción en 1947 y 1948, así como tras el ciclón que impactó por Minatitlán el 27 de octubre de 1959 y en la época moderna la pandemia del Covid – 19 que ha ocasionado  la pausa en los últimos dos años.

Fue en el jardín Núñez, cuando los juegos fueron partícipes de la feria, los cuáles la han acompañado hasta lo que conocemos hoy en día. Cabe señalar que en 1974 fue cuando la feria se trasladó a las instalaciones actuales, las cuales están ubicadas en “La Estancia”.

Historiadores señalan que cuando la feria se ubicó en el Jardín Núñez, popularmente se crearon frases que se han utilizado desde aquellos tiempos…

  • “¡Ya huele a feria!”: Esta frase hacía alusión a que durante aquella época llegaban barcos cargados de manzanas que desprendían un olor particular que se asemejaba a la época de feria.
  • “Barato como en la feria”: Dicha frase surgió debido a que en esta celebración las personas aprovechaban para comprar las vestimentas de gala que utilizarían durante el año, herramientas y artículos de cocina.

Sin duda alguna, la Feria de Todos los Santos es una de las máximas expresiones de cultura de la entidad, pero que tendrá que buscar alternativas novedosas para continuar siendo un atractivo de la región.  

Fuente adicional: Libro “Esto es Colima”