En la actividad económica y el mundo de los negocios, es común observar y más en las empresas bien organizadas, la distribución de competencias que para la conducción de la misma se tiene, contando esos entes económicos con al menos el área financiera/contable, la dirección general y de manera interna o externa el área legal que se ocupará de velar por los intereses jurídicos del empresario. Sin embargo, nadie nos podrá negar que el centro de la operación sobre la que versa el avance de la empresa siempre estará representado por los encargados de registrar los actos económicos de la empresa, es decir la contabilidad.
Todos los movimientos, entradas, salidas y transformaciones del entorno económico de una empresa son registradas en la contabilidad, es el lenguaje empresarial que sirve para generar información financiera comprensible a las personas que se encargan de tomar decisiones de dirección, sin embargo muchas de las veces el orbe contable con su técnica y tecnicismos que involucran expresiones alfanuméricas resultan incomprensibles para algunos usuarios interesados y de primordial participación en la empresa, como los abogados.
Recientemente en algunos planes de estudio universitarios de la licenciatura en Derecho se han empezado a ofrecer materias relativas al entendimiento de la contabilidad.
Algunas de las cuestiones que estimo más relevantes, y que todo abogado sumergido en la práctica del derecho administrativo y más del derecho fiscal, debe conocer o al menos abundar, son los siguientes:
- El objetivo principal que persigue la contabilidad es proporcionar información útil en la toma de decisiones económicas, de tal manera que les permita a los distintos usuarios, entre otras cosas, conocer la estructura financiera del negocio y medir su rentabilidad.
- La contabilidad se puede dividir en tres grandes ramas: la contabilidad financiera, la contabilidad administrativa y la contabilidad fiscal.
- Contabilidad financiera: en general, son reportes que expresan en términos cuantitativos y monetarios las transacciones que ha realizado una entidad, así como ciertos acontecimientos económicos que la afectan, con el fin de proporcionar información útil y segura a usuarios externos e internos para la toma de decisiones.
- Contabilidad administrativa: es la información emitida que se encuentra al servicio de las necesidades internas de la administración, orientada a facilitar las funciones de planeación, así como a mejorar el procedimiento de toma de decisiones mediante el uso de los datos que pueden ser inclusive estimaciones y aproximaciones que permitan tomar acciones hacia futuro.
- Contabilidad fiscal: es un sistema de información diseñado para dar cumplimiento a las obligaciones tributarias de las empresas respecto de un usuario específico.
III. La teoría de la partida doble: el sistema contable que se emplea para registrar y procesar la información relacionada con las transacciones financieras que efectúan las empresas es conocido como “partida doble”, que consiste en identificar los conceptos o cuentas de los estados financieros que se ven afectados mediante aumentos o disminuciones, por cada operación financiera que se lleve a cabo. La esencia de que “a todo cargo corresponde un abono”.
- Existen 4 principales estados financieros que son los siguientes:
- El balance general o estado de situación financiera: este estado nos puede mostrar la situación financiera que tenga una empresa en determinado momento; muestra cómo están distribuidos los bienes de la empresa, cuánto se le debe a terceros por haberle concedido financiamiento, cuánto han invertido los socios o accionistas y cuánto ha generado la propia empresa a través del tiempo.
- El estado de resultados: proporciona información a través de la cual es posible evaluar la rentabilidad y la eficacia operativa de la entidad. Con este documento se permite conocer el resultado de la empresa por un periodo o ejercicio mediante el análisis de los siguientes elementos: ingresos, costos y gastos; así, cuando la diferencia entre los ingresos y los costos y gastos es positiva se llama “utilidad” y aumenta el capital ganado de la empresa y en caso contrario, se trata de una “pérdida” que disminuye el capital contable de la entidad.
- Estado de cambios en el capital contable: es el estado financiero que muestra las modificaciones que tuvieron los diferentes renglones que integran la inversión de los socios o accionistas en un periodo, tanto en las operaciones de la entidad como en las que producen con motivo de los acuerdos que se toman en la asamblea de accionistas. Se clasifica en dos grupos, capital contribuido y capital ganado. El primero se conforma por las propias aportaciones hechas por los accionistas ya sea en efectivo o en especie y el segundo, se conforma por las utilidades o pérdidas como resultado de las actividades del negocio.
- Estado de flujos de efectivo: contiene todas las entradas y salidas de dinero de la empresa durante un periodo determinado, explica además las causas de los cambios en el efectivo y proporciona información sobre las actividades operativas, de financiamiento y de inversión. El efectivo está considerado por los billetes y monedas de curso legal o sus equivalentes propiedad de la empresa; también son equivalentes de efectivo las inversiones en valores temporales y las monedas extranjeras.
- El principio de negocio en marcha: la entidad económica se presume en existencia permanente dentro de un horizonte de tiempo determinado, por lo que las cifras en el sistema de información contable (estados financieros) representan valores sistemáticamente obtenidos. Lo anterior significa que los valores plasmados en los referidos estados representan una empresa en funcionamiento la cual se pronostica a futuro continuará produciendo.
Por lo hasta aquí referido, estos me parecen algunos de los aspectos más básicos que el abogado debe comprender, a efecto de poderse formar un criterio de entendimiento con el operador contable que sabe a ciencia cierta el estado financiero de la empresa. Contadores y abogados notoriamente atienden un centro de ocupaciones muy diversas, que por el grado de profesionalización que exige cada disciplina, a veces impide que uno solo de éstos pueda ofrecer una solución suficiente a temas tan delicados y técnicos como lo son los contables y fiscales.
Por lo tanto, si se habla un mismo idioma, aunque sea por lo menos en el más básico nivel de entendimiento, por cuanto hace a la información financiera de una empresa, es que ante determinada contingencia, un abogado que entienda de contabilidad podrá atender de manera oportuna y prevenir efectos negativos al interesado de la mejor manera posible. La anterior mancuerna es necesaria, pues abunda la literatura sobre anécdotas de contadores promoviendo medios de defensa en materia fiscal o abogados presentando declaraciones tributarias sin que sea necesario, hasta aquí contar los resultados de esas desventuras, pues como bien dice el dicho, el chiste se cuenta solo.
El ejercicio de la abogacía relacionado con los temas empresariales y controversias contables, por tanto, estimo, requiere un grado mínimo de conocimiento que otorgue al abogado la capacidad de entender, transmitir y sobre todo defender los más altos intereses de sus clientes.
Por: C.P y Mtra. María Elena Murguía
Directora de Servicios Contables Integrales
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