En redes sociales hay un meme relativamente popular que utilizan los supervivientes en la pandemia para hablar de tiempos pasados. La frase dicta «cuando éramos felices y no lo sabíamos»; usualmente viene acompañada de una foto o video en algún espacio público o realizando actividades que, consecuencia del COVID, ya no pueden llevarse a cabo. Es una frase nostálgica, pero sincera. Los tiempos han cambiado.
Si esto aplica para el individuo, para las empresas ha sido perjudicial. Dentro de la infinidad de rubros que se han visto afectados por semáforos y clausuras, el de la exposición fílmica es uno de los que encuentra mayores problemas. ¿Qué tanto están padeciendo? Basta con admitir que de no resolver varios de ellos, podríamos perder las salas de cine tradicionales por al menos una década.
No hay clientes
La aseveración anterior puede sonar exagerada, después de todo Cinépolis o Cinemex son conglomerados gigantescos, tan solo la primera tiene más de 2000 salas distribuidas por el mundo. Pero valdría la pena revisar los números actualizados tras 2020.
¿Cómo se encuentra la asistencia a cines? Al cuatro por ciento. A finales del año pasado Forbes informó algunas estadísticas preocupantes para la industria. En 2019 México se convirtió en el cuarto país del mundo que más consumía películas en salas presenciales, con 3.7 millones de asistentes mensuales a nivel nacional. En 2020, para agosto (cuando reabrieron las salas) se reportaron solo 107 mil, 3% de lo que el año pasado reportaba. Si bien con los meses fue viéndose una recuperación, solo llegó a un 4%, insuficiente para mantener a flote las empresas mencionadas.
Negocios y bancarrota
La noticia que lapida estos temas es la de los cierres definitivos de salas. Primero, a inicios de febrero, se anunció que Cinemex cerraría temporalmente algunos recintos. Internautas teorizaron un cierre definitivo, lo que causó revuelo en redes. Posteriormente sitios como Infobae declaraban que no era permanente, sino temporal, pero empresas de noticias como Grupo Imagen establecían lo contrario, afirmando el cierre de estas salas por ser insostenibles, incluido el despido de los empleados. Cinemex entró a USA hace algunos años y comenzando la pandemia tuvo que cerrar sus establecimientos norteamericanos. Ya golpeada por la competencia, esta empresa no parece lejos de quebrar por la baja asistencia. Para cuando escribo estas líneas nada es seguro, pero sí podemos ver las consecuencias pandémicas sobre una industria que no suele comentarse. ¿Cuánto tardarán las salas en recuperar su afluencia? Es difícil saber, pero siendo una actividad meramente recreativa, podría tomar hasta 10 años volver a otros tiempos, a cuándo éramos felices.
Para cerrar, solo un dato. Si bien en 2019 fuimos el cuarto mayor consumidor, para 2020 bajamos al séptimo sitio. El cine, en México, está peligrando.
Sin más que agregar, soy Cristóbal Ruiz Gaytán… Disfruten la función.
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