Los buenos modales son comportamientos y modos de actuar que denotan consideración y empatía por el otro. Saludar de modo amable, pedir disculpas, pedir por favor, ofrecer ayuda, colaborar, son algunos ejemplos de buenos modales que hacen la vida más agradable y menos violenta.

Según un informe presentado en la U. S. News & World Report, los buenos modales se han disminuido gravemente en la última década. Esto, según los especialistas, contribuye al aumento de la violencia en la sociedad actual.

La mayoría de los que tenemos la fortuna de ser padres, nos enfocamos en trabajar para brindarle el mayor número de oportunidades a nuestros hijos. Por tal motivo, poco a poco hemos cedido la educación de casa a la escuela con resultados lamentables, ya que una de las competencias para definir su crecimiento profesional, es la buena educación.

Cuando imparto mis talleres de protocolo a la mesa, hago énfasis en la necesidad de que los buenos hábitos, como usar de forma correcta los cubiertos, resulten algo cotidiano. En varias empresas, los dos últimos candidatos a un puesto, tienen su última entrevista en un restaurante. Esto, me lo explicó una directora de Recursos Humanos, se debe a que en nuestro país es habitual iniciar o cerrar negocios con una invitación a comer o cenar. Entonces, el directivo que representa la marca o institución, debe conducirse correctamente pues los representa. Un candidato que mastica con la boca abierta, gesticula con el tenedor y el cuchillo en las manos y se cuelga la servilleta de tela como corbata, seguramente será descartado a pesar de sus talentos.

Otros modales que deben integrarse a la educación de un niño desde temprana edad, son:

  •       Cuando se entra a un lugar, se saluda.
  •       Usar “por favor” y “gracias”, sin excepción. 
  •       No interrumpir a otro cuando este hable.
  •       Regresar las cosas que nos prestan.
  •       No referirse a otros niños con apodos, mucho menos humillar y discriminar por color de piel, raza o algún rasgo físico.
  •       Apagar o poner en silencio el celular en cines, teatros o conferencias y si es urgente contestar, antes salirnos para no incomodar.
  •       Ceder el asiento a personas de la tercera edad, con discapacidad o mujeres embarazadas.
  •       No tirar la basura en la calle.
  •       En un elevador o en otros accesos, tiene preferencia siempre el que sale respecto del que entra.
  •       En las escaleras, debemos colocarnos a la derecha para permitir subir por la izquierda a quien tiene prisa.
  •       Si una persona viene cargada con bolsas o paquetes, siempre ofrecer su ayuda.

Todo esto inculcado en nuestros niños, será una carta de presentación que les abra infinidad de puertas en ámbitos sociales y laborales, además de que fomentará el respeto de los demás y mejorará su autoestima. Por último, recordemos la regla de oro:  la mejor forma de educar, es con el ejemplo. Será imposible que ellos integren esto a su personalidad, si tienen unos padres que no lo aplican.

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Carmiña Mejía

Experta en imagen y protocolo, conferencista y escritora

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