«Si quieres aprender, enseña»

Cicerón

 

 

Como empresarios, una de las labores más importantes en nuestra gestión es preparar a los demás para ser mejores que nosotros. Todos en nuestra empresa deben tener la oportunidad de aprender.

Las personas que trabajan con nosotros aprenden por diversas vías y de maneras diferentes, según su propia personalidad e inteligencia emocional, pero hay dos canales donde intervenimos tienen tienen que ver con nuestro compromiso de hacer que ellos aprendan.

Uno de estos canales es el entorno que generamos para ellos. El clima laboral, las condiciones de trabajo (instalaciones), cómo son evaluados y sobre todo como es la relación que tienen entre el sueldo financiero que reciben y el sueldo emocional que perciben. En esta relación entre los dos tipos de sueldos es la que en mucho mantiene incentivado y productivo a un trabajador en una empresa. Este entorno trata de que el trabajador reconozca una proporción directa entre lo que gana y el ambiente de trabajo en el que se desarrolla genera un ambiente de aprendizaje que les permite no solamente obtener conocimiento del desarrollo del trabajo mismo sino además aprende de las personas que están a su alrededor. Una persona que no llega a reconocer este entorno, no es un mal trabajador, solamente es un «engrane más de la máquina» pero le hace falta aceite.

El otro canal tiene que ver con el liderazgo que se ejerce sobre ellos. Hay que ser asertivos en quién y cómo ejerce el manejo del personal en nuestra empresa. La fórmula de un liderazgo enfocado a las personas con una porción necesaria de enfoque en los resultados es ideal para que los trabajadores generen un sentido aspiracional con respecto a quien los dirige. La estructura mental tendría que ser: «quiero ser como mi jefe» y algunas veces lo que logramos es: «nunca sería como mi jefe». Quien tiene personal a cargo debe cumplir con requisitos de competencias, habilidades técnicas, experiencia, etc. Pero, sobre todo, debe ser experto en tratar a los demás, inteligencia emocional y valores universales.

Esto es, grosso modo, lo que debemos hacer para que nuestros trabajadores aprendan, pero ¿cómo aprendemos nosotros como empresarios?

De la misma manera. Cuando dedicamos tiempo y recursos en desarrollar estos dos canales, ya estamos aprendiendo. Cicerón lo dijo muy bien, al enseñar, aprendemos.

Hasta luego. 

Por: Sergio Ursua

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