Por: Fátima Garay.

Desiderio Contreras fue el mayordomo de la plaza de toros que contiene el ruedo más grande del mundo por más de 20 años.

 

Bajo un mismo ritual, desde 1857 diversas generaciones se conjugan para confeccionar una obra artesanal hecha con manos villalvarenses.

 

Se trata de la monumental plaza de toros “La Petatera”, lugar que ha sido declarado Monumento Artístico de la Nación por el Instituto Nacional de Bellas Artes y considerada la obra artesanal más grande del mundo y parte del Inventario Cultural Inmaterial de México.

 

Para iniciar la construcción de esta impresionante obra en medio de la nada, el mayordomo más experimentado de la localidad, en diciembre, clava una estaca.

 

A partir de ahí  familias villalvarenses inician un proceso con técnicas ancestrales entregándose con pasión para construir con diversos utensilios y sin arquitectos que dirigen la obra la plaza que contiene el ruedo más grande del mundo.

A partir del 5 de febrero, fecha en la que se festeja a San Felipe de Jesús, patrono de la comunidad de Villa de Álvarez, es cuando comienzan las fiestas con jaripeos y eventos familiares que son parte del folklor mexicano.

 

El 8 de mayo de 1932 Luis Contreras, quien era trabajador en la construcción de La Petatera, tuvo un hijo con Guadalupe Tene. A este niño lo bautizaron como Desiderio Contreras Tene, alias “El Pajarito”, un villalvarense que se ha convertido en una pieza fundamental de este patrimonio del municipio.

“Yo venía a la escuela Morelos, era una de las pocas escuelas que había, ahí me enseñaron a leer y escribir, no se me dio la oportunidad de hacer nada más pues llegué hasta cuarto año”.

 

Desiderio recuerda que una vez terminado cuarto año, su papá lo instruyó en el arte de la sal.

 

“Recuerdo que mi gusto por los toros viene desde muy chico… mi papá me cargaba y me metía a la plaza por el lado de los toros… pero aparte de construir la Petatera, él era salinero y en 1946 me comenzó a llevar con él a Cuyutlán”.

En 1957, con apenas 25 años, se casó con María Dolores Molina, con quien engendró a ocho hijos.

 

“Me enamoré de María Dolores y con ella tuve a mis hijos… fueron cinco hombres y tres mujeres, pero dos de ellos murieron, ahorita me quedan solamente seis… Vicente Contreras, Evelia, Albino, Águeda, Rafael, Desiderio y Enrique. A todos ellos les enseñé lo que es trabajar de verdad”.

 

Recuerda que entre los trabajos que realizó en aquella época destaca el haber sido salinero, agricultor e incluso, leñador…

“El Cuyutlán de aquel entonces era más chico, quedaba poca gente, casi nomás los cargadores… se movía mucha sal, pero era muy duro porque uno tenía que madrugar a diario y era pesadón. A la una de la mañana ya andábamos juntando tierra para hacer la sal”.

 

Cabe señalar que la sal de Cuyutlán es famosa a nivel mundial por las propiedades y el sabor que contiene. Desiderio relata que esta labor le fue enseñada por su padre con el fin de que el gusto por el trabajo fuera su herencia.

Aunque desde chico le gustaba ir a visitar a su papá en el terreno donde hacían la Petatera, señala que fue hasta 1992 cuando comenzó a trabajar en ella.

 

“Seguí los pasos de mi papá. Yo en aquel entonces trabajaba haciendo los tablados de Lindo Guzmán, Héctor Téllez y Pancho Zamora, eran tiempos felices… yo me encargaba de acomodarlos, hacer los pozos… pero con la supervisión de Rafael Carrillo”.

 

Afirma que cuando ayudaba en la construcción, el mayordomo de aquel entonces, le mandaba cuidar la obra cuando éste realizaba recados, así fue como poco a poco se fue curtiendo en el arte de mayordomo de la Petatera.

 

Desde entonces lo hace con tanto amor y pasión que contagia. Como guía es exigente, disciplinado, pícaro y tiene un gran sentido del humor.

 

Desde hace 28 años Desiderio dirige la construcción de una plaza que consta de 140 plateas, 70 palcos y el ruedo más grande del mundo, el cual llega a medir hasta 56 metros de diámetro.

 

“Antes esto lo construíamos entre 45 personas, este último año fuimos 23 hombres… De la construcción te puedo decir que durante la primera semana trazamos la circunferencia y se montó el primer soporte. En la segunda semana se concentró el material que íbamos a utilizar; la tercera semana se pegaron las escuadras de los tablones y una semana después pusimos la novedad… ”.

 

En cuanto a los materiales que se utilizan, con una voz cansada, Desiderio señala que son a base de Petates, tablas, ixtle, sogas y bambú, los cuáles con clavos, martillos y las manos, se levanta semejante mole.

“Todo debe quedar a la medida de siempre… Este año decidimos ser incluyentes porque añadimos el palco 61 que fue exclusivamente para personas con algún tipo de discapacidad. Así pueden subir con muletas o silla de ruedas y se quedan cómodos”.

 

Cabe recordar que esta plaza recibirá a 7 mil 200 personas durante las festividades charrotaurinas del municipio de Villa de Álvarez.

 

“Es gente del pueblo quien la hace… siempre nos encargamos de que tenga la seguridad suficiente para que soporte a tanta gente y que ella se divierta. Para mí esta plaza es un orgullo que tiene nuestro municipio donde familias enteras se han dedicado a hacerlas por años”.

 

El 8 de septiembre del 1017 Desiderio recibió un reconocimiento por parte del Congreso del Estado de Colima por haber fungido como mayordomo de La Petatera por más de 20 años.

 

“Toda la construcción antes la hacíamos en 15 días… pero ahora comienzan desde el 2 de diciembre a trazarla. Aunque ya no soy mayordomo, todavía me encargo de revisar lo que está mal hecho, lo que está bien y lo que no, que se corrija. Sí hay muchos fallos, pero todo se debe acomodar y alinear antes de que se entregue”.

 

Además,  indica que la tradición de acudir a las fiestas charrotaurinas se está perdiendo poco a poco.

 

“En mi época la música se escuchaba por los barrios de La Villa desde las cinco de la mañana todos los días… ahorita ya no, la gente ya no hace eso… se esperan solamente a las cabalgatas”.

 

Sin duda alguna La Petatera es uno de los rincones del mundo donde cada vez que se construye, acuden artistas de talla nacional e incluso internacional que han marcado a la sociedad y cultura mexicana.

 

“En esta plaza se presentaron artistas como Pedro Infante, Conchita Santón o Antonio Aguilar… y ni hablar de los toreros”.

 

Este 2020 será la última ocasión en el que Desiderio Contreras, “El Pajarito”, supervise la creación de esta magnífica obra artesanal.

 

“Con tristeza te digo que la edad ya me lleva del chongo y cada vez me canso demasiado… estoy aquí todos los días desde las siete de la mañana hasta las seis de la tarde, realmente es pesado”.

 

Es por ello que su hijo Rafael y su nieto José son los que han retomado la tradición. De esta forma, Rafael se convirtió en el nuevo mayordomo de La Petatera, siendo ésta la segunda generación de los Contreras que continúa con la tradición.

 

“Yo lo único que quiero es que La Petatera siga y la construcción continúe porque es algo único aquí en nuestro Estado y es lo que yo le heredo a mi hijo y él se lo va a heredar a su hijo… así vamos formando una cadena de la obra más bonita de Colima”.