POR AleTorres Coach en cambio de hábitos, mamá bloguera, comunicóloga y alumna del Centro de Kabbalah México.

La semana pasada tuve una charla en línea (en mi fanpage “Semillitas, postres que nutren) donde hablé sobre este tema que me apasiona. Amo los postres, pero también me gusta cuidar lo que como, así que comer postre por comerlo, no es negociable: Si el bocadito no tiene por lo menos dos cosas sanas o que aporten algo nutritivo a mi cuerpo, no pasa.

Por eso prefiero preparar en casa la mayor parte de la comida que comemos en la familia, pero no siempre se puede, así que en esos casos la opción es elegir lo menos peor. Si es empacado, no hay como ir al empaque (pero a la parte de atrás) donde están los ingredientes. No intenten leer o descifrar la tabla o contenido nutrimental que nomás los nutriólogos entienden y, tampoco, hagan caso de las “cualidades” del producto resaltadas en la parte frontal. La clave está en la lista de ingredientes. Sí, en esas letritas pequeñitas que nos dicen de qué está hecho eso que nos vamos a comer.

Y es que en lo que las autoridades deciden si cambian o no el etiquetado vigente (que no es nada fácil de en- tender), no nos queda de otra más que aprender a identificar los ingredientes y así tener una idea de lo que estamos dando a nuestro organismo.

Así que al leer etiquetas:

  1. Recuerden que el orden (en la lista) va de mayor a menor; o sea que el primer ingredientes es lo que más contiene.
  2. Recuerden que el azúcar tiene muchos nombres (jarabe de maíz, dextrosa, maltodextrina, glucosa, fructosa, etc)
  3. Todo lo que les suene raro o difícil de pronunciar, generalmente fue he- cho en un laboratorio y son aditivos creados para resaltar sabor, textura y color
  4. Si tiene más de 7, 8… es más: 10 ingredientes, es ultra-ultra-procesado
  5. Prefieran lo hecho en casa (aunque ustedes no lo hagan, siempre hay alguien que vende el pan, la galleta o la comida casera)

¿Y LOS TIPS?

  1. Evita el uso de grasas o margarinas hidrogenadas
  2. Evita harinas refinadas y prefiere las de grano entero. En la etiqueta, como ingrediente sólo debe decir: harina integral (o de grano entero) de trigo, avena, etc.
  3. Sustituye el azúcar refinado por frutas o endulzantes, estevia o mezclas de estevia, eritritol o monk fruit
  4. Evita la miel de agave. Aunque es de bajo índice glucémico, es alta en fructosa.
  5. Si consumes chocolate, prefiere los que tienes más de 75% cacao.

Recuerda, los postres pueden ser más que un bocado que te haga sentir culpable; pueden convertirse en un alimento que, como todos, sin exceso, te pueden aportar muchas cosas buenas.