DR. OSCAR NICOLÁS ÁVILA ZAMORA
• Médico General, egresado de la UdeC
• Oncología Médica, UNAM en Hospital General de Mexico.
• Diplomado en Cuidados Paliativos en UNIVA, Colima.
• Diplomado en Tanatologia en UNIVA, Colima.
• Master en Oncologia Molecular a distancia por Centro de Estudios Biosanitarios de España.

POR Dr. Oscar Ávila FOTOS Rolando Mejía

Todas las ramas de la medicina han tenido avances importantes en los últimos años, tanto en el diagnóstico y como en los tratamientos disponibles. El ramo de la Oncología Médica no es la excepción. El tratamiento habitual de este tipo de padecimientos, hasta hace unos años incluía cirugías radicales, radioterapia no selectiva y quimioterapia citotóxica.
La quimioterapia citotóxica fue una piedra angular en el tratamiento de muchos casos de cáncer, pero tiene una particularidad, que provoca daño, en algunas ocasiones irreversible sobre ciertos tejidos. Habitualmente los tejidos que más sufren con este tratamiento son los que tienen tasas de crecimiento más rápidas; por mencionarles algunos, la médula ósea que es la responsable de mantener los niveles adecuados de células en la sangre, la piel y el pelo y algunos recubrimientos de tubo digestivo. Este daño controlado en estos tejidos explica los efectos secundarios de la quimioterapia.
En fechas recientes, y con el advenimiento de nuevas técnicas genéticas y moleculares, se ha tenido conocimiento sobre el origen de la enfermedad. Sobre qué genes están involucrados en la aparición o el desarrollo de células inmortales capaces de invadir otros tejidos y de dar metástasis.
Este conocimiento ha permitido, también en fechas recientes, poder entender y diseñar estrategias y fármacos que permiten apagar la enfermedad; es decir, existen fármacos que desactivan el crecimiento de ciertos tumores, fármacos que evitan que ciertos cánceres se sigan nutriendo, fármacos que activan al sistema inmunológico para que ataquen a células cancerígenas sin provocar daño en tejidos del paciente.

CASO MÉDICO

Les presento un caso: Se trata de una paciente femenina, con antecedente de tabaquismo intenso que fue diagnosticada en 2016 a los 55 años con Cáncer Pulmonar. Inicialmente la paciente tenía múltiples lesiones en ambos pulmones, figurando la mayor de aproximadamente 3 centímetros (Fig. 1) en pulmón izquierdo.
La paciente inició tratamiento estándar basado en el esquema de quimioterapia de primera elección otorgado por una institución de salud. Se otorgaron 6 dosis de quimioterapia sin lograr mejoría y provocando un deterioro importante en la calidad de vida de la paciente. Como parte de la valoración, al término del tratamiento se observó, no una disminución del tumor, sino un aumento de este y la aparición de nuevas lesiones en otras zonas del pulmón.

El panorama en ese momento para la paciente era muy desalentador, ella había llegado al servicio de Oncología Médica caminando, haciendo su vida parcialmente normal, con algunas molestias provocadas por el tumor, pero al término del tratamiento con quimioterapia la paciente se encontraba en silla de ruedas, con dependencia a un tanque de oxígeno portátil.
Se indicó un tratamiento, que en ese momento no se tenía en las instituciones, una nueva terapia dirigida a apagar el crecimiento de dicho tumor.
El resultado fue espectacular desde el inicio, la paciente sintió el efecto del medicamento antes de terminar la primera caja de tabletas.
Estos hallazgos fueron corroborados por medio de estudios de imagen (Fig. 3), al cabo de 10 meses de tratamiento la paciente no tiene aspecto de estar o haber estado enferma, hace su vida normal, sin efectos prácticamente por el tratamiento.
Historias como esta, en donde un paciente con una enfermedad grave con un pronóstico adverso, logra recuperar la esperanza en la ciencia médica y tener una vida plena fue lograda por la nueva generación de medicamentos.
La quimioterapia sigue siendo una herramienta importante en el tratamiento de casi todos los cánceres, pero no es la única opción. En ciertos casos como el de la paciente descrita, existen otros fármacos que pueden llegar a controlar tanto la enfermedad que algún día podremos considerar a esta enfermedad como crónica o de larga evolución.

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