POR Aarón Andrade Ramírez
“La música es algo que nos une”

Simone Innarelli es un afortunado de la vida que ha luchado siempre por lo que quiere, logrando trascender a través de su música, un prodigioso de la guitarra que nos explicó cómo su arte le ha dado grandes experiencias humanas. “Esto es muy bonito porque en la música encuentras a muchos seres muy bellos y muy nobles, se puede compartir una pasión sin prejuicios, sin buscar una recompensa, la música es una convivencia mágica porque sabes que al otro lado del mundo está un amigo que no puedes ver, pero puedes estar seguro de que existe algo en común, la música es algo que nos une”.

Originario de Roma, Italia, Simone Iannarelli nace en 1970, es un guitarrista compositor, poseedor de un talento que se distingue por combinar de manera original diferentes estilos. Es profesor de tiempo completo en la Universidad de Colima y se desempeña dando clases de guitarra clásica, en el Instituto Universitario de Bellas Artes, (IUBA).

En su familia no existen antecedentes de músicos profesionales, pero el arte siempre estuvo presente en su vida, su madre María Teresa Ferrara era artista plástica y cuenta Simone le gustaba hacer un poco de todo en la vida; su padre, Fabrizio Iannarelli siempre ha sido amante del Jazz.

SU ENCUENTRO CON LA GUITARRA

Su acercamiento a la guitarra inició en la etapa de la adolescencia comenzando con clases particulares de guitarra jazz y bossa nova, su talento nato lo hizo contactarse con su maestro de toda la vida en Roma, Massimo Delle Cese, con quien inició sus estudios en el conservatorio Italiano A. Casella de L ́Aquila.

“Cuando tomé la guitarra comencé a descubrir este mundo, y muy rápido me fue claro lo que tenía que hacer para toda la vida, no es algo que tuviera que reflexionar, me adentre en el mundo del concertismo y la música clásica, quedando convencido de saber lo que quería”.

“Mi primera guitarra la tomé porque estaba en la casa, no recuerdo la marca, no era muy na, y después me compre una guitarra eléctrica. Muchos guitarristas empiezan con la inquietud de tocar algo de rock y yo pasé por esta etapa, creamos una banda con unos amigos, pero resultó un experimento fallido”.

Cuando inició sus estudios de manera más seria Iannarelli se compró una guitarra española, y ya cuando se acercaba la titulación encargaron una guitarra de Estados Unidos que tenía una mayor calidad en el sonido. Así fue dejando guitarras en el camino del aprendizaje.

EL ESTUDIANTE DE MÚSICA

Simone Iannarelli tenía la edad de 18 años cuando ingresó al conservatorio enfrentando su destino, adquiriendo la responsabilidad y la disciplina al ser una persona independiente.

“En el conservatorio depende mucho del estudiante, se tienen las clases de solfeo y guitarra todo el tiempo porque estudias para ser un músico profesional, se preparan exámenes muy difíciles con piezas complicadas que te exigen constancia, un estudio diario y técnicas especiales para desarrollar las habilidades motrices, se reservan unas horas al día para el descanso y después poder ilustrarse y experimentar con diferentes repertorios y piezas que ofrecen diversas dificultades”.

Con la intención de tener continuidad en sus conocimientos Iannarelli decidió seguir a su maestro Massimo Delle Cese, cambiando en dos ocasiones de conservatorio, el primero fue Santa Cecilia en Roma y el segundo el Morlacchi en Perugia, cerca de Florencia.

“Cuando tomé la guitarra comencé a descubrir este mundo, y muy rápido me fue claro lo que tenía que hacer para toda la vida”.

FRANCIA

“Para conocer más sobre la música hay que moverse, y empiezas a viajar para ir a distintos festivales de guitarra en donde se reúnen maestros prestigiosos y alumnos de todo el mundo, ahí puedes comprobar lo que estás haciendo y si lo estás haciendo bien, reconoció Simone, comencé viajando por varios lugares de Holanda, Grecia y Francia buscando diferentes festivales de música”.

Sus viajes le permitieron estar en contacto con personas que compartían los mismos sueños y la misma pasión que lo hizo sentir parte de una comunidad. Es en el país galo donde conoce a Roland Dyens, un guitarrista compositor con una gran trayectoria que lo inspiró a componer y desarrollar su carrera para tiempo después publicar sus obras para guitarra, un músico virtuoso a quien agradece mucho de su aprendizaje.

Es en París también donde conoce a su esposa Alma Lilia Michel Gutiérrez, una mujer tapatía que estudiaba francés con quien coincidió en una reunión de amigos, el amor creció y con el tiempo decidieron hacer una vida juntos en México en donde por azares del destino llegan hasta Colima.

MI MÚSICA

Su primera pieza escrita fue para guitarra y violín con un compañero que se llama Rodrigo D ́Erasmo, que ahora es muy conocido en Italia, “el inició con la música clásica y se pasó después a la música irlandesa, le gustaba lo folclórico y actualmente toca en un grupo de Rock”.

“Me gusta mucho el rock progresivo de los años 70 ́s, como Pink Floyd y Génesis, me gustaba mucho este género, y después incursioné en la música clásica y me di cuenta que era lo que me apasionaba, las construcciones, la composición de una pieza, el contrapunto de diferentes voces que se tocan al mismo tiempo, la armonía, los diferentes tipos de acordes y lo que provocan”.

“La construcción de los acordes tiene también una influencia en los estados de ánimo de las personas, en una simple canción además de la letra el tipo de música te hace sentir y despertar las emociones”.

Para Simone Iannarelli fue muy importante conocer la casa editora canadiense Les Productions D ́Oz, que comenzó a publicar su piezas y a difundirlas, lo que le ayudó bastante, porque estaba presente en todas las tiendas de música en internet, y es entonces cuando el nombre de Simone Iannarelli empezó a figurar.

Actualmente ha publicado más de 30 obras para guitarra sola, dúo de guitarra, guitarra y flauta, guitarra con cuarteto de cuerdas y otras agrupaciones de cámara, en Estados Unidos, Canadá e Italia. Su extensa producción musical ha sido ejecutada, grabada y transmitida en radio en los cinco continentes, obteniendo un importante éxito entre destacados intérpretes conocedores como en el público en general.

En el 2018 se grabó su primer concierto para guitarra orquesta. “En este caso la guitarra es el instrumento solista y detrás está toda la orquesta sinfónica, es una obra más completa más grande y que me generó mucho placer cuando me enteré que sería grabada en disco compacto”.

“Mi primer disco fue en el 2001 y tenía un título en francés que era la calle donde viví en París, se llama «Rue de la Folie Regnault» en donde de portada tenía una foto en la puerta de la casa, y fue así para cerrar el ciclo donde me mudaba de París a México”.

“El segundo disco que grabé, se llama «Playa Paraíso» que reúne muchas experiencias de México y está ilustrado con una foto muy bonita que fuimos a sacar en unas playas de Michoacán en donde salen las tortugas, fue una experiencia muy inolvidable”.

Ahora muchas de sus obras han sido interpretadas por infinidad de guitarristas de todo el mundo, lo que le genera una satisfacción muy grande al saber que en cada nota se transmite una fibra de sus emociones.

“De nada sirve que la música se quede impresa en un papel, es necesario un intérprete y un oyente, sino es algo estéril, es importante darle vida y crear esa empatía entre el compositor, el músico y quien la escucha”.

MÉXICO

“Decidimos mudarnos a México en el año 2001, estando acá un amigo me aviso que buscaban a un maestro para los nuevos programas de licenciatura que se estaban abriendo. Llegamos a Colima en el año 2002 y se dieron las cosas muy rápido, además nos gustó muchísimo, la ciudad, le gente, la universidad y nos hemos quedado aquí, ahora además tengo dos hijos colimenses Sofía y Mateo, quienes se han convertido en parte de mi inspiración”.

La Universidad de Colima siempre le ha reconocido a Iannarelli la formación de jóvenes con talento. “Aquí también tienen mucha responsabilidad al ser una carrera formal, la gente quiere hacer cosas buenas para la vida y estudian porque realmente quieren ser músicos y esto es algo que me gusta bastante, hacer lo posible para transmitir el amor de la música y para preparar bien a los jóvenes y que logren sus objetivos”.

Cuando Simone Iannarelli llegó a Colima se abrió una generación de técnicos en guitarra y después de tres años se logró abrir la licenciatura.

“Existe un alumno, Ramón Andrade, que terminó la licenciatura y se fue a estudiar a Holanda su maestría, regresó a Colima y ahora tiene una plaza de tiempo completo, es algo que me llena de orgullo, un ciclo que se concluye con un joven que terminó su formación y regreso para  compartir su sabiduría. Es algo muy importante que hace crecer y evolucionar el conocimiento musical del estado”.

En México la guitarra es un instrumento muy popular y en estos años ha existido un desarrollo muy grande, porque además del talento de los mexicanos también se han abierto mucho las fronteras y existen muchos maestros del extranjero y músicos mexicanos que salen a estudiar fuera, lo que ha provocado que el nivel de los guitarristas aumente.

“En Colima las enseñanzas formales en este arte son demasiado jóvenes todavía, por lo tanto tienen que crecer más para que todo mundo sepa que en el IUBA se estudia guitarra y lo que se puede hacer; porque aquí en la ciudad todavía muchos no saben lo que es un concierto de guitarra clásica o de violín, y es importante de que toda la sociedad esté enterada, que se den cuenta que esto existe y que haya más difusión cultural”.

Con el afán de crecer esa cultura por la música en el año 2005 Simone Iannarelli crea el festival internacional de música en Colima “Guitarromanía” que atrae a jóvenes talentosos de toda la república a participar de conferencias y concursos en donde se interpreta un repertorio frente a un jurado que calica y premia a los mejores.

Este año se llevará a cabo la décima cuarta edición de Guitarromanía, con una muestra de lo mejor que pasa en el ambiente artístico no sólo de Colima sino también de diferentes partes de la república y del mundo, un espacio en donde los artistas invitados ofrecen clases magistrales y los estudiantes adquieren experiencia y el conocimiento de otras técnicas, y diferentes puntos de vista en la interpretación que alientan a superarse, un festival que gracias a su calidad y continuidad se ha convertido en toda una tradición que enorgullece al estado.

“La música es una parte integral de mi vida, no podría imaginarme sin ella, está tan dentro de mí que ya no pienso en el beneficio económico, lo hago porque la música soy yo y no tengo que preguntármelo mucho, es algo natural, es así porque es así, el día que no estoy tocando o componiendo me siento como inútil, la música es un sentimiento que espero me dure toda la vida”. 

Simone Iannarelli.

“En nuestra sociedad será siempre im- portante el arte, las personas buscan enriquecerse desde adentro. En los países más desarrollados existe más apoyo al arte porque existe un nivel económico más alto, y las personas no tienen que preocuparse por la subsistencia y pueden preocuparse de la alimentación de su espíritu, y esto en México es un futuro que tenemos que tener en mente. El arte complementa a una persona, es algo que te enriquece, cuando se logra hacer música se tiene la fortuna de saber que tu pasión es tu trabajo”.