Que un bebé nazca con una malformación del corazón no es sinónimo de muerte o mal pronóstico.

Actualmente la frecuencia de las cardiopatías congénitas ha ido incrementando, presentando cifras de 8 por cada 1000 recién nacidos vivos. Se estima que el 50% de estas llegan a la etapa adulta, sin embargo solo un 20% llevan su tratamiento y seguimiento adecuado.

Como podemos observar el que nuestro bebé nazca con una malformación del corazón no es sinónimo de muerte o mal pronóstico. Por lo que es muy importante el diagnóstico temprano para establecer un tratamiento oportuno y secundariamente mejorar el pronóstico.

La valoración del corazón del bebé se inicia previo al nacimiento, con un ultrasonido prenatal donde valoramos la estructura y función del corazón, posteriormente a las 24 horas de vida se realiza un tamiz cardiológico en donde por medio de oximetría puede detectar entre 6 a 10 cardiopatías que podrían poner en riesgo la vida de tu bebé.

Fuera del periodo neonatal (después de 1 mes de vida), hay que tener en cuenta que hay varias cardiopatías que no presentaran síntomas francos o esperados como dolor de pecho o soplo cardiaco, sino que cada patología puede cursar con un abanico de síntomas diversos entre ellos: cansancio, color azul de labios, respiración rápida, fatiga al alimentarse que puede desarrollarse en etapas posteriores, o asociarse durante su crecimiento a algunas dificultades como ganar peso, infecciones de vías respiratorias recurrentes o tener otros diagnósticos incorrectos como asma que no responde adecuadamente al tratamiento.

Además niños con algún tipo de cáncer, el tratamiento que reciben puede generar efectos adversos a nivel cardiaco, por lo que se sugiere previo al inicio, durante y al finalizar la quimioterapia valorar el estado actual del corazón.

Actualmente con el advenimiento de múltiples virus como el coronavirus, que presentan secuelas a nivel cardiaco, siendo muy importante la valoración de todo niño con antecedente de este tipo de infección ya que se han descrito casos de trastornos en el ritmo del corazón, afectación del músculo cardiaco, afectación en las arterias coronarias que no generan síntomas hasta etapas tardías donde el pronóstico es devastador, etc.

El estudio de elección para el diagnóstico de todos estos problemas cardíacos es el ultrasonido, con este tipo de estudio nos permite la valoración estructural y funcional del corazón, este estudio debe de realizarse por un cardiólogo pediatra capacitado en la detección de cardiopatías, es un estudio que no se necesita preparación, se realiza con los padres presentes, incluso puede estar siendo alimentado el paciente, sobre todo los menores de 2 años para su confort durante el estudio, no emite radiación y es completamente indoloro.

En CDI contamos con un ultrasonido de alta calidad que permite la visualización de las estructuras cardiacas, además de la sonda especial para niños recién nacidos hasta los 18 años, adquiriendo imágenes de alta resolución.

DRA. MAGALY MONTSERRAT PASARÍN TAPIA

  • Médico Cirujano y partero avalado por la Universidad de Colima.
  • Especialidad en Pediatría avalada por la Universidad de Monterrey.
  • Subespecialidad en Cardiología Pediátrica avalada por la Universidad Nacional Autónoma de México.