«El secreto para tener buena salud es que el cuerpo se agite y que la mente repose»

– Vincent Voiture

¿En qué condiciones está en este momento nuestra salud mental? No buscamos (por el momento) una respuesta de un profesional de la salud a esto. Simplemente, usted ¿cómo evalúa su salud mental? Y en su empresa, como líder de su negocio o como parte de un equipo de trabajo ¿cómo está la salud mental de sus colaboradores/colegas? ¿Cómo hacemos desde nuestra posición para apoyar a mejorar las condiciones de salud mental de quienes trabajan con nosotros?

El tema se ha vuelto complejo y para estas fechas son tres los factores que de manera real están incidiendo en cómo operan las empresas con respecto a incapacidades, renuncias, despidos o en bajas de productividad; el estrés, la ansiedad y la depresión han ganado terreno en el ámbito laboral.

En la actualidad, los avances en la tecnología, las crecientes exigencias laborales y las secuelas de haber estado en trabajo remoto o mixto, que no nos permitió desconectarnos de la tecnología o marcar límites entre nuestra vida laboral y personal, han sido factores determinantes para el surgimiento de los tres estados mentales antes mencionados. Con esto, no queremos sugerir que las condiciones laborales se flexibilicen o se suavicen; lo que buscamos es qué hacemos para enfrentar las circunstancias que alteran nuestra salud mental.

¿Por qué cedemos ante la presión? ¿Por qué dejamos que nos invada la desazón o la incertidumbre? ¿Qué es lo que necesita un colaborador para hacer frente a todo esto? Primero, las condiciones básicas en una empresa: un buen espacio de trabajo, una remuneración justa y la capacitación básica para que cumpla con sus funciones. Luego, debemos procurar dar más herramientas para que puedan hacer frente a las condiciones que muy probablemente deterioren su salud mental. Capacitación en desarrollo humano, mejoras en el clima laboral, eventos de socialización o convivencia, intercambio de experiencias, equipos de trabajo multidisciplinarios, todas aquellas acciones que permitan fortalecer el carácter y la entereza mental que los lleve a una mejora en la inteligencia emocional y/o la resiliencia.

Un par de consejos extra: cuidemos generar una sana competencia y evaluemos el clima laboral con más frecuencia de lo que se hace (o hagámoslo si es que no se hace) con el fin de medir de manera objetiva el grado de satisfacción laboral de nuestros colaboradores. 

¿En qué condiciones está en este momento su salud mental? No buscamos (por el momento) una respuesta de un profesional de la salud a esto, pero si le resulta difícil responder esta pregunta, sí busquemos la ayuda de un profesional. No es normal estar mal, pero también, no está mal estar mal. Busquemos ayuda.

Hasta luego y felices fiestas de diciembre.