POR DR. ALEJANDRO MARÍN

La influenza es una enfermedad respiratoria aguda causada por virus de influenza A y
B, se produce en brotes o epidemias en todo el mundo, asociándose en su mayoría en temporada invernal.

El virus de influenza A (es el más conocido) cuenta con diferentes subtipos denominados por sus antígenos de superficie Hemaglutinina (H) y Neuraminidasa (N) los cuales son claves para su contagio y virulencia (capacidad de invadir otras células del huésped). Se conoce 15 serotipos de H y 9 de N, de los cuales han jugado un papel en el reconocimiento de epidemias por influenza A conocidas todas ellas como Gripe (estacional, aviar, porcina, etc).

La forma de contagio de influenza es a través del contacto del virus en cualquier mucosa de nuestro organismo (nasal, faríngea, ocular), el cual se encuentra suspendido en pequeñas gotas durante la tos o en contacto directo con secreciones contaminadas.

La infección por influenza de vía aérea superior (nariz y garganta) o vía aérea inferior (pulmones) llevan un comienzo agudo de manifestaciones sistémicas como fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular y debilidad, en la mayoría de los casos se autolimita. El inicio de síntomas posterior al contagio es de 24 a 48 hrs.

En el caso de la influenza no complicada las manifestaciones sistémicas se acompañan dolor de garganta, tos seca y secreciones nasales los cuales mejoran de 3 a 5 días. A lo cual le llamamos influenza light.

La neumonía por influenza es la manifestación más común de influenza complicada pero también puede involucrar al sistema nervioso central y músculo esquelético. Se tiene que pensar en neumonía por influenza cuando los síntomas persistan e incrementen, típicamente es fiebre alta, falta de aire y una progresión rápida a la cianosis (uñas y labios amoratados).

El insulto abrupto que recibe el sistema respiratorio origina que se catalogue como una neumonía grave. En pacientes adultos mayores este estrés de nuestro organismo a la infección viral puede descompensar otros aparatos y sistemas previamente susceptibles y llevarlos a complicaciones directas de ese órgano por lo cual favorece a la descompensación cardiovascular y lesiones renales en pacientes susceptibles; aunque también es muy frecuente observarlo en aquellos pacientes previamente sanos, estas complicaciones incrementan el riesgo de muerte proporcional a su duración.

La coinfección bacteriana es otra complicación asociada a la neumonía por influenza frecuente en pacientes graves, Estreptococos Pneumoniae y Estafilococos Dorado se cultivaron en el 30 % de los pacientes con coinfección.

Anteriormente considerábamos a la neumonía por influenza en los extremos de la vida sin embargo se han registrado diferentes mutaciones del virus influenza A que han roto estos paradigmas, la cepa de virus de influenza A H1N1 2009 contagio con casos graves tanto a jóvenes como adultos mayores, así como el serotipo H7N9 asiático, recientemente un estudio en Australia y Nueva Zelanda reportaron que una cepa de influenza A estacional H3N2 se asoció con un ingreso alto a uni- dad de cuidados intensivos tan letal como H1N, lo cual no lleva a predecir de manera incierta el verdadero impacto que tendrá la influenza en los años venideros.

La vacunación es el único medio que tenemos realmente eficaz, para disminuir los casos de influenza grave, la vacunación para influenza está recomendada hoy en día para toda la población de manera anual. Evitar sitios concurridos de espacio cerrado, cubrebocas y el uso de gel alcoholado son otros medios preventivos recomendados.

La prueba rápida de influenza no descarta al 100 % la infección por este virus, ante la presencia de síntomas en temporada invernal es preferible comenzar con tratamiento ante la recomendación de un experto en el tema.