Un lugar donde se presentan platillos tradicionales comaltecos con recetas que salen del amor y las experiencias del alma.
Es bien sabido que Comala tiene un aura de tradición, donde pareciera que el tiempo no transcurre y las historias de antaño se dejan sentir en la piel de todo aquel que transite por sus rincones. En la calle Aquiles Serdán #16B se encuentra Casa Pascual, un lugar que desde que entras por la puerta te da una sensación de un hogar comalteco tradicional.
Los colores vivos y múltiples artesanías colimotas se pueden sentir a flor de piel, todo esto es gracias a Alan Ramos, un joven emprendedor de 25 años que decidió retomar recetas ancestrales para revivirlas en su cocina.
“Cada rincón de Casa Pascual me representa, es mi identidad, mis recuerdos y energía que la transmito a través de mi cocina. Todo va más allá que las simples palabras”.
Los platillos son expresiones puras de conocimiento generacional basada en dieta mesoamericana y comalteca con métodos de cocción y molienda. Es por ello que en este rincón podemos encontrar desde bate, tuba, tejuino, tepache, ponche, menguiche y hasta pepena… platillos contrastantes que rinden homenaje a las localidades aledañas.
“Intento cocinar a través de paletas de colores similares a los que usaba Alejandro Rangel Hidalgo. Uno de mis secretos es cocinar con canciones de danzón”.
Uno de sus objetivos, afirma, es presentar el platillo y que a través de los sabores se convoquen recuerdos.
“Los platillos son aprendizajes de mu- chas almas que convergen justamente en las recetas que preparo”.
Cabe resaltar que los productos que se utilizan en Casa Pascual son de localidades cercanas y la gastronomía la realiza a mano en compañía de su equipo.
“Todo lo cocinamos con amor y sabiduría. Por ejemplo, yo mismo muelo el chocolate y los chiles… todo esto lo hago porque todos somos una familia y mientras más auténtico sea la preparación, el sabor será más único”.