Una piedra en el camino, le enseñó que su destino no era rodar y rodar sino hacerla molcajete.

Don Jorge Andrade es una persona trabajadora de 68 años, que desde muy pequeño se forjó en el campo, la elaboración de sal y la construcción. La escuela de la vida y su ingenio le dieron las herramientas artesanales para poder dedicarse a la fabricación de molcajetes en una versión original y moderna, pero sin perder la magia tradicional y la fuerza e historia de la piedra que le da un sabor auténtico a las salsas.

«La idea nació porque mi esposa Margarita Ramírez quería un molcajete más grande de los que se vendían en el mercado, y como yo ya había trabajado picando piedra, por pasatiempo decidí darle gusto y hacerle un molcajete especial a mi señora, pero me agradó el oficio y seguí fabricando más diseños jugando con las formas y los colores, lo que le gustó a la gente, a la familia y amigos».   

La creatividad es una parte fundamental en la elaboración, pues ahora busca las piedras de río, y con ellas se adapta a los tamaños y aprovecha los colores naturales para ofrecer un producto novedoso, apoyado con una pulidora para hacer cortes más perfectos y no dañar la piedra, pero afinando los detalles con un marro y cinceles de diferentes tamaños para obtener una pieza única.

«Mis hijos y una de mis nueras se han encargado de subir en sus redes sociales los diferentes modelos y ha funcionado muy bien, ahora han venido incluso extranjeros que se han llevado los molcajetes a Estados Unidos y España. Si a alguien le interesa adquirir un molcajete puede comunicarse directamente conmigo al teléfono: 312 120 2776 o al 312 198 6692, por WhatsApp les podemos mandar fotos de los diseños en existencia y pueden elegir el modelo que más les agrade».

«No existe una edad o una regla básica para iniciar un negocio, el que tiene una idea tiene que arriesgar y atreverse a emprender, sino inicias nunca sabrás si realmente funciona, el tiempo y la experiencia te van guiando para que todo prospere e ir mejorando la calidad y el valor de tu producto o servicio, y si no funciona no queda de otra más que seguir picando piedra».