Licenciado en Actuación

Actor, Director y Docente

Por: Adriana Santana

Jaime Velasco llega junto con su familia, a radicar a la ciudad de Colima en 1972. Un par de años después, conoce a la maestra Vera Vázquez, quien impartía clases de dibujo, guitarra y teatro. Ella lo encamina en el mundo del teatro, y es así como a sus 11 años comienza su trayectoria en la actuación.

 

Entre sus primeros logros destaca su participación en el Concurso Nacional de Teatro Infantil en 1976. Colima obtuvo el primer lugar a nivel nacional. “Yo representaba al abuelo Nicolás”.

El grupo “Arte y Espíritu” fue creciendo, tanto en cantidad de integrantes como en participaciones en diferentes actividades teatrales.

En 1977 estrenan en el Teatro Hidalgo la adaptación de Don Quijote de la Mancha, con presentaciones en Guadalajara y Guanajuato, “ y así, el teatro se fue apoderando de mi ser de una manera natural, gracias a la mágica maestra Vera Vázquez”.

 

A los 21 años, decidió  dedicarse de manera profesional al teatro, se trasladó a la Ciudad de México para cursar la licenciatura en la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT) del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), y luego de una estancia de nueve años regresa a Colima en 1992. Más tarde, obtuvo también el grado de Maestro en Estudios Literarios Mexicanos por la Universidad de Colima, 2014-2016.

“Mi experiencia más satisfactoria ha sido poder combinar la dirección con la actuación. Esto requiere mucha entrega y pasión. Me enorgullece el haber representado a Colima en obras de calidad en distintas giras por Centro Occidente. La última en 2016, con el unipersonal Vengando a Pessoa”.

 

Lo más enriquecedor de estos 26 años de actividad teatral, recuerda, fue haber trabajado junto a Emilio Carballido en el montaje de su obra histórica colimense Vicente y Ramona, la cual lo marcó vitalmente.

 

Jaime Velasco ha sido merecedor durante su carrera artística de diversos reconocimientos. En el 2013, el cortometraje Jonás gana el Festival Colima en Corto, en el que Velasco representa al padre de Jonás; mientras que en el 2016, en el marco del Mes Colimense del Teatro, se develó una placa de reconocimiento a las 40 funciones de la obra Vengando a Pessoa, en el Teatro Hidalgo, por mencionar algunos.

El futuro es incierto. La vida cultural de nuestro país ha venido decayendo en sus presupuestos en los últimos años  y Colima no escapa a esta política nacional. El Estado ha renunciado desde hace varios años a sufragar las producciones, lo que ha complicado aún más el panorama. Por fortuna, en Colima hay compañeros teatreros empeñados en insistir, resistir y producir contra viento y marea.

 

Con la suma de esfuerzos del gremio artístico, gobierno y la iniciativa privada, el teatro puede ser rentable, pero es necesario buscar otros espacios para romper con los vicios que hemos creado entre todos. La sociedad está involucrada, debe participar más; de manera que hay mucho por hacer siempre.

 

En estos tiempos de pandemia se ha complicado el panorama para toda la comunidad artística. Se harán sin duda, ajustes de todo tipo, y retos inéditos nos aguardan a la voz de ya.