El saludo constituye el principio y el fin de un encuentro, pero además reafirma la primera y última

Por Carmiña Mejía

Experta en imagen y protocolo, conferencista y escritora.

impresión que los demás se llevarán de nosotros. Este acto es uno de los momentos en los que más proyectamos nuestra personalidad sin hablar. Educación, seguridad y “roce social”, se demuestran o no, en este breve instante de interacción con las otras personas.

Al saludar lo hacemos de forma distinta si es a una persona de nuestro círculo cercano, si es alguien del entorno laboral o si es un desconocido que nos acaban de presentar. En el saludo íntimo, se acorta el espacio vital y generalmente hay beso y abrazo porque existe familiaridad entre quienes lo realizan. En el ámbito laboral y al presentarnos a un desconocido (a), las cosas cambian. La norma es respetar el espacio vital del otro, extender la mano firme, ver a los ojos a la otra persona, y sonreír sin excepción. Lo que debes de tomar en cuenta siempre:

  • Ver hacia otro lado al momento de la presentación o bajar la mirada, ya que esto te hará ver como una persona totalmente desinteresada o insegura. Ya no se diga saludar y ver a las señoras al escote. Debemos reeducarnos para entender que esas cuestiones tan delicadas ya no son aceptadas en este momento que nos toca vivir.
  • Saludar con “mano de pescado”, ofreciendo en el saludo únicamente las puntas o apretando la mano del otro hasta lastimarlo, son totalmente in- adecuados y uno como otro lanzan mensajes sobre nosotros que no son una adecuada carta de presentación.
  • Si la persona a la que saludas no es tu amiga cercana, sostener su mano durante minutos puede resultar incómodo para ella.
  • Cuando presentas a dos personas se le da preponderancia a la persona de más edad o la de más alto rango social (personas que han destacado en los ámbitos de la cultura, la sociedad, la política, etc).
  • En el ámbito social, a la mujer se le toma primero en cuenta en la presentación, pero en el ámbito laboral no existen géneros sino rangos.
  • Laboralmente, no es adecuado saludar de beso, y cuando te presentan a una persona, la mujer es la que decide si se saluda de beso o no. Esto se sabe fácilmente por el lenguaje corporal. Los hombres con tacto y educación fácilmente lo saben distinguir.
  • Es muy importante que si tú presentas a dos personas que cono- ces y te vas a retirar después de la presentación los dejes hablando de algún tema en común; Mire Licenciado, la señora Robles estudió en la misma universidad que usted, por ejemplo.
  • En cuestiones de trabajo, se deben de presentar a las personas con el título y cargo que ostentan.

Cuando Ponerse de Pie: Un hombre se pone de pie siempre que se le presente a otra persona.

Una dama no se levanta para ser presentada a otra dama, a no ser que esta sea de mayor edad o rango. Cuando a un sitio de reunión llega una alta autoridad religiosa o civil, todos deben ponerse de pie por respeto y cortesía. Las personas de edad avanzada o con impedimentos físicos no deben ponerse de pie.

Si se llega a saludar a una mesa en donde hay alimentos, NO se debe de saludar de mano a nadie. Si te sientes inseguro respecto a que parezca una descortesía no saludar, lo adecuado es acercarse y decir, no los saludo porque están comiendo.

Recordemos que existe una necesidad vital en los seres humanos de relacionar- nos y para ellos usamos el contacto físico, el lenguaje corporal y verbal. Proyectemos en estos breves pero significativos instantes lo mejor de nosotros.

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