POR FÁTIMA GARAY

Diseños únicos son los que podemos encontrar en el trabajo de estos colimenses que han revolucionado la forma de ver al perrito panzón colimote.

El Xoloitzcuintle en la mitología azteca se creía que acompañaban a las almas de los difuntos

cuando viajaban al Mictlán, por lo que eran sacrificados y enterrados junto con los muertos a los que debía guiar. Siglos después su imagen es alabada y considerada sagrada en muchas representaciones esculturales y pictóricas. Esta idea ha permeado a los mexicanos de una forma inigualable. Tal es así que en Colima se incorporaron como candidatos a convertirse en uno de los 7 tesoros del Patrimonio Cultural del Estado de Colima hace unos años.

Entre los colimenses esta figura tiene un significado especial, sin embargo Carla Ivonne tuvo una idea que revolucionó la forma en la que estaban considerados. Su idea surgió hace 10

años, cuando ella era estudiante, ahí fue donde nació “Cococuintle”. Ahora, gracias a la ayuda de sus padres, han conseguido cambiar la imagen tradicional de estas figuras haciéndolas mucho más llamativas con diseños y colores que enamoran a cualquiera.

“Nosotros hacemos el 100 por ciento de las piezas, mi esposo se encarga de hacer el perrito en barro, tallar y pintarlo con un color base. Luego me lo pasa a mí y yo me encargo de la decoración”.

Y es que Adriana Romero, mamá de Carla, señala que los diseños son muy variados y atrevidos pero siempre han tenido una gran aceptación. Además, estas artesanías pueden cumplir diferentes funciones dependiendo el tamaño que tengan.

“El perro Xoloitzcuintle es algo muy tradicional y es bien padre hacer algo diferente con él. Aprendimos a quererlo con sus diseños. Pueden funcionar como jabonero, tarjetero, urna para mascota, maceta, veladora e incluso, portar elementos característicos de Colima como dulces o sal”.

La imaginación, esfuerzo y mucha pasión son algunas virtudes que esconde el trabajo de estos colimenses, siempre buscando la manera de innovar la imagen que tanto está marcada en los mexicanos y que es aceptada con gratitud allá por donde se encuentre.

“Es una pieza para mostrarla fuera, la gente que viene aquí se la lleva. Para los colimenses, para nosotros, significan nuestras raíces y queremos que a través de Cocouintle podamos expandirlas y darlas a conocer donde nos sea posible”.