Cristóbal Ruiz Gaytán Trujillo

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Esta última entrega del Oscar ocurrieron dos casos decepcionantes. Primero, en la categoría de Mejor Película Animada la estatuilla se fue con Toy Story 4, pese a ser la más débil de entre las cintas que competían (Klaus merecía el triunfo). Segundo, en el discurso previo a revelar los ganadores se mencionó que el cine animado marcaba la infancia. Por un lado es verdad, las películas animadas suelen ser vistas con niños y por tanto su infancia se forja con ellas. Sin embargo, ¿Qué intentaba demostrar la Academia? ¿El cine animado sigue siendo considerado como material infantil? ¿De ahí la decisión de entregar el premio a la más infantil de las obras nominadas? Considerando ello decidí repasar este mes una breve historia del cine animado y cómo ha cambiado. Es un género que hoy vive más fuerte que nunca y merece un trato equiparable al del resto de obras “para adultos”. Además, tiene una historia rica en trama e interesante. Espero les agrade.

 

Los inicios

 

Hay que aclarar: el cine animado jamás fue dirigido exclusivamente a niños. A decir verdad, al principio se producía para los adultos. La animación surge con el cine mudo, cuando los cinematógrafos eran llevados en carpas a recorrer las naciones más avanzadas. Dichas carpas tenían un proyector, un piano (era cine mudo, por lo que la música se tocaba en vivo), y el personal necesario para atender al público. Fue así por casi cuatro décadas, desde 1890 hasta 1927, cuando se estrena The Jazz Singer (primer filme sonoro) y con ella, la desaparición del cine mudo.

 

Durante ambas etapas, la animación era bastante popular. Gracias a esta nueva tecnología sonora surgieron personajes memorables como Betty Boop, Félix el gato e incluso Mickey Mouse. En aquella época solían realizarse cortometrajes con duración no mayor a diez minutos (animar era complicado, pero los movimientos, el estilo, y la libertad que ofrecía el formato lo volvió un género popular). Esto fue así hasta que llegó el cine a color…

 

Disney

 

Uno de los estrenos más grandes en la historia es el de Blanca Nieves y los siete enanos de Walt Disney. No era la primera película a color, ni tampoco el primer trabajo animado, pero sí fue el primer largometraje hecho por la casa del ratón, y que aconteció en 1937. Fue un éxito. Si bien Mickey colocó a Disney en el mapa, Blanca Nieves lo construyó como potencia en la industria. De ahí la empresa se volvió un parteaguas. Estreno animado tras estreno animado, tuvo una línea de éxitos rotundos con los que consiguió monopolizar el medio. Desaparecieron Félix el gato, Popeye o Betty. Ahora solo reinaba Disney. Esta conducta, y el enfoque infantil que el monopolio tenía, lograron que el cine animado fuera visto como algo infantil y se olvidara su propósito inicial: entretener a todas las mentes y hacer caminar al celuloide. Así fue durante el reinado Disney, que duró desde los años 40 hasta la década de los 90, cuando…

 

Competencia y polémica

 

Ya en los 80 artistas como Don Bluth y sus películas (Pie pequeño, El secreto de Nim) habían logrado éxitos equiparables a Disney, pero su inconsistencia, y el tener que luchar contra una empresa que poseía cuanto dinero requiriese le hicieron fracasar hasta que se dio por vencido. Sin embargo en los 90 un ex CEO de Disney, renegado y enfurecido contra la gran D, optó por fundar su propio estudio animado, de la mano del director más exitoso del mundo: Steven Spielberg. El nombre de este CEO era Jeffrey Katzenberg, y se convirtió en el cofundador de Dreamworks. Dicha compañía creó su primer filme animado, Hormiguitas (Antz), y alcanzó el éxito. A partir de ahí triunfo después de triunfo. El príncipe de Egipto, Spirit, El dorado, entre otras, fueron películas populares, pero el mundo se inclinó ante Dremaworks cuando creó al inicio del milenio Shrek, y no sólo ganó el primer Oscar a Mejor Película Animada, sino que recaudó tanto dinero como para construir a su casa productora como potencia. De ahí el resto es historia. Han creado franquicias como Kung Fu Panda o Cómo entrenar a tu dragón, y su éxito abrió camino para la creación de otros estudios independientes, como Blu Sky Studios, Ilumination Studios, o más recientemente el ramo animado de Netflix.

 

Veamos qué depara el futuro para este género. Es emocionante, y seremos testigos.