Creamos o no en la navidad, es muy difícil abstraerse del ambiente. Ya sea con la familia, en la oficina, escuela, amigos, pareja; es un buen pretexto para reunirse y compartir un agradable momento, una rica cena o una buena copa.
Lo interesante viene cuando después de esos momentos de fiesta y gente, llegamos a casa y nos encontramos de nuevo con nosotros mismos. Es inevitable –salvo casos excepcionales – no sentirnos melancólicos, nostálgicos, reflexivos al saludar a soledad. ¿A quién le gustan esos momentos? … A mí.
Tener momentos a solas puede ser tan agradable como queramos. En lo personal, me gusta crearlos (porque si espero a que se den, no sucede) y aprovecharlos para dos cosas a las que les doy prioridad: meditar + actividad física (que por lo general es yoga) y poner en orden mi vida, aunque sea en un (cuaderno terapéutico, le llamo).
BENEFICIOS DE MEDITAR
Para mí, meditar no se trata de poner la mente en blanco, sino de darte unos minutos a solas para sentir tu mente, tu cuerpo y tu alma. Ver pasar todos los pensamientos que traemos y no engancharse con ninguno. Hacer preguntas y dejar que fluyan respuestas. Darnos oportunidad de sentir que podemos parar al mundo cinco minutos, desconectarnos del cel, de las redes, de todo y ver que no pasa nada; el mundo sigue su curso. Meditar es una experiencia diferente para todos, pero como sea que lo hagamos, siempre trae muchos beneficios:
- Aumenta el nivel de bienestar
- Reduces niveles de estrés e hipertensión
- Ayuda a dormir mejor
- Desarrolla la creatividad
Meditar es uno de los mejores regalos que nos podemos dar para convertirnos en mejores personas para el mundo y hoy te invito a comenzar con este hábito.
CÓMO EMPEZAR
Es más sencillo de lo que crees. El “ingrediente” principal es la actitud y ganas de hacerlo. Después, buscar el momento (yo recomiendo al iniciar el día, cinco minutos antes de la hora en que acostumbras a levantarte, pero sino, cualquier momento es bueno).
1. Siéntate cómodamente
2. Cierra los ojos
3. Inhala profunda y lentamente. Exhala igual, por lo menos tres veces
4. Continúa respirando y en cada inhalación puedes repetir
las frases: “Om”, “lo siento, perdóname, gracias, te amo”, “inhalo, exhalo”, “estoy bien”, “soy sana”, o puedes crear tu propio mantra; lo importante es que te conecten con una sensación de fuerza y calma.
Y por último, no juzgues tu meditación ni te juzgues a ti. Puedes sentir sueño, ansiedad, pensar que pierdes el tiempo, pero no hay meditación mala. Si eres constante, podrás apreciar que cada día es una experiencia diferente.
Que tengas un maravilloso fin de año y que el próximo esté lleno de salud y paz.