Por: Blanca Neri Herrera
Fotos: Aarón Andrade Ramírez

Director Técnico de fútbol profesional y de manera paralela incursiona como empresario desarrollador de vivienda en su tierra natal, Colima. Se considera un jugador que cumplió las expectativas en el futbol mexicano, logrando una presencia destacada en los equipos que formó parte. Hoy en día sigue en las canchas desde la dirección técnica, en donde el carácter, la disciplina, la visión y la pasión por el fútbol son su mejor estrategia.

Nació en el año de 1962, en Colima, Col. (56 años) en el famoso Barrio del Perpetuo Socorro, en el cruce de las calles Salvador Díaz Mirón con Jiménez, en el centro de la capital; a una cuadra de la casa que lo vio crecer está la Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, que brindó identidad a esa zona. “También sirvió de marco religioso en mi niñez, porque para ir al cine, tenía que acudir a la Iglesia primero; entonces ya no supe si soy cristiano por convicción o por obediencia”.

Sus padres Rafael Bueno Álvarez (+) y María Isabel Rodríguez Mancilla, (+) formaron una familia con 13 hijos, “algunos hermanos ya se nos adelantaron en el camino, es ley de la vida Son pérdidas muy dolorosas pero como bien dicen, el tiempo lo cura todo”. Recuerda con cariño y orgullo la influencia de un ser muy querido, “una presencia importante en mi vida es mi abuela, Petronila Álvarez que fue una pista de aterrizaje de todos los hijos de este matrimonio, porque recibimos cobijo, respaldo, ayuda, apoyo y amor incondicional, además de que fue una persona ejemplar que vivió hasta los 108 años”.

La casa de la abuela Petros, como le decían de cariño, fue en muchas ocasiones el punto de reunión de la familia Bueno Rodríguez; además de ser muy querida y conocida en el barrio.

PROPIO CAMINO

La niñez de Sergio Bueno fue entre las reuniones de amigos de la cuadra para ir al cine y jugar fútbol en las amplias calles en donde las retas y la convivencia era segura, en un ambiente de alegre competencia, todos se conocían.

A la par de su formación académica el fútbol fue parte de su vida. Como jugador infantil y juvenil incursionó en equipos de tradición en Colima, como fue el Tenería y el Real Manrique, “desde entonces ya tenía impregnado ese virus de ser competitivo, ese gen, ese gusto por incursionar en el fútbol profesional”.

La inquietud por ver más allá de su estado lo llevó a cambiar de residencia a la ciudad de México, “dos de mis hermanos, ya estaban estudiando, había margen de trasladarse y al recordar esto me doy cuenta de lo valioso que es tener ese respaldo; pero lo más pesado y fuerte fue tomar esa decisión a los 15 años. Viajé sin conocer a nadie, ni tampoco la ciudad, me fui a meter a esa jungla de asfalto; el capitalino trae otro ritmo de vida, procuran siempre estar muy a las “vivas”, como dicen; tienes que buscar sacudirse rápidamente ese espíritu provinciano para poderte adaptar a un medio tan complicado”.

Teniendo claro su meta, combinó su tiempo de estudiante de prepa en la UNAM con las prácticas vespertinas del fútbol.  Tocó puertas y buscó las oportunidades necesarias para poder convencer de su talento futbolístico: “la parte emocional fue lo más importante en ese momento. Hasta la fecha, se confunden cuando dicen que son muy terco, pero yo cambio el término porque soy perseverante, esa parte de insistir, de no desmayar, de luchar, de pelear me permitió romper obstáculos, superar barreras y paulatinamente abrir mi propio camino”.
“Realmente la pasas mal en muchos momentos, pero siempre dominan más los sueños. que lo que se pueda sufrir y actualmente son lecciones que están ahí, sirven de aprendizaje y experiencia; que está bien luchar por ti, por lo que crees y quieres lograr”.

Jamás desistió, “cada vez que venía a Colima y volver a la ciudad era un cúmulo de emociones, regresaba llorando por la infancia perdida en el barrio, dejar a la familia y amigos donde era muy feliz; pero también me quedaba claro que si no avanzaba estaría estancado. En la vida para poder destacar hay que luchar con los apegos sobre todo sentimentalmente, esa parte, aunque era muy dura, siempre ponía en la balanza lo que yo estaba persiguiendo, en eso me mantuve siempre, nunca tuve dudas de mí capacidad para llegar a mis objetivos”.

MI PASIÓN: EL FÚTBOL

Con los pies bien puestos sobre la tierra, una madurez a prueba de todo, autocrítico y reflexivo menciona que logró una carrera aceptable futbolísticamente, en sus quince años como jugador de fútbol de Primera División Profesional.
“Tuve una carrera aceptable, con una trayectoria profesional que viví de manera espectacular, porque el futbol es mi vida, mi pasión; en este mundo de los deportes hay mucha gente que puede no evaluar las cosas desde la mentalidad positiva; creer que uno fue más exitoso que otro por lograr ser campeón, pero el mundo está llena de circunstancias”.
“El que se tiene que sentir triunfador y campeón es uno mismo, tienes que saber cuál es tu punto de despegue, en dónde éstas, saber que las pequeñas metas que vas logrando a lo largo en tu vida te va distinguiendo si eres un ganador o no. Lo tengo bien definido me sigo abriendo camino por cuenta propia y eso para mí tiene mucho valor y significado”.

Los equipos de primera división en los que jugó fueron: Coyotes del Neza, Atlante, Querétaro, Ates del Morelia, Veracruz, Celaya y Puebla. “Mis entrenadores fueron varios y de todos aprendes. Hasta para saber lo que no debes de hacer tienes que aprender. Siempre tienes un recuerdo especial por algunos de ellos, sobre todo cuando te abren el camino del fútbol profesional como fue el caso de Ignacio “El Gallo” Jáuregui, entrenador en los Coyotes del Neza, es la persona que le tengo un enorme agradecimiento, tenemos una gran afinidad y lo sigo frecuentando; Miguel Marín, legendario portero del Cruz Azul, que siempre me procuró de buena manera, y siendo una figura del futbol mexicano, me convertí como en uno de sus hijos. Como entrenador está Ricardo Lavolpe, quien en su forma de trabajar, te impulsa para encontrar ese otro camino que transitas de futbolista al retiro, para convertirte en Director Técnico”.

NUEVA VISIÓN

A los 29 años decidió estudiar para Director Técnico, “era un nuevo propósito como jugador visualizaba convertirme en entrenador, aunque en ese momento me convertí en un dolor de cabeza para mi director técnico porque como jugador también quería dirigir en los partidos y debes tener cuidado porque eres juez y parte; si no tienes tacto, puedes tener confrontaciones. Fue una etapa en donde tuve mis contratiempos en mi carrera, porque estaba seguro que veía el fútbol más actualizado, era un conflicto interno
de hacer tu rol como parte del equipo y no pretender ser otra cosa que no lo eres. Aun cuando el ánimo era apoyar”.
En un periodo de su trayectoria de jugador, incursionó también como empresario restaurantero en la ciudad de México, junto con dos socios abrió un lugar llamado “La bodeguita de en medio”, con la especialidad de la cocina y el ambiente de Cuba, “me dediqué de lleno cuando me quedé como dueño y había momentos que fungía de duelo, mesero, barman, valet parking, entre otros puestos; sin embargo el tiempo para ser entrenador me llevó a cerrar el restaurante para regresar al empastado a invitación de Daniel Roman Romano en el Celaya, como auxiliar técnico y no lo pensé, porque el futbol es mi pasión”.
Sus equipos como Director Técnico fueron: Celaya, Santos, Jaguares, Atlas, Atlante, Morelia, León, Santos, Veracruz, Necaxa, Puebla, San Luis, Querétaro, San Luis, Jaguares, Cruz Azul, Jaguares y en el semestre pasado fue el Atlante. Y todavía está en el juego de buscar dirigir equipos en la Primera División del futbol mexicano.
Su experiencia como director técnico también lo tiene muy definido, “tengo perfectamente claro que defectos y virtudes tengo como entrenador, desde el inicio de mi carrera fue para mí una gran virtud, ser firme, frontal, transparente y directo. En la actualidad con el jugador tienes que ser más astuto e inteligente, manejar diferente los grupos, en el fútbol están presentes los egos de manera continua, hay demasiados intereses en el mundo del deporte y tienes que analizar mucho ese contexto; siempre he buscado ser un técnico exigente para con los jugadores, disciplina, entrega y carácter para formar equipos ganadores”. En Morelia conoció a su esposa con quien formó una familia, en esta etapa Sergio tuvo que enfrentar de nuevo las circunstancias de la distancia y el tiempo entre el fútbol y su noviazgo, “fue una etapa pesada y sufrida porque la vivía en carretera, de Querétaro viajaba al DF para estudiar dos días, volver para entrenar, además de hacer espacios para visitar Morelia, tratando de conquistar lo que tenía bajo mi propósito de vida para formar mi hogar junto con mi esposa Marisela y tres hijos”.
Reconoce que la familia ha sido el pilar que lo ha mantenido centrado en cada uno de su propósitos en la vida, “en todos lados donde viví, me acompañaba mi familia para tener ese círculo de apoyo y afecto que te ayuda a no desprenderse de los tuyos, vivirla de manera muy cercana y directa, en la mayoría de las veces buscando el lugar idóneo para el desarrollo de cada uno de los integrantes, con la cercanía con Colima y Morelia donde están nuestros seres queridos”.

COLIMENSE

Sergio Bueno tiene muy buenas amistades en diversas ciudades, y gracias a Mónica Gutiérrez, amiga en común se logró contactar para la entrevista, en el lugar del encuentro algunos paisanos lo reconocieron, pidieron la foto o lo saludaban a la distancia. Siempre accesible, con una sonrisa franca y en ocasiones, cuando la conversación se tornaba seria, reflexiva, mostró su carácter crítico. Sin dejar de sentir añoranza por los recuerdos de la familia y el barrio que tuvo que dejar para convertirse en la figura de éxito que es hoy. La humildad y el lado humano se sienten cuando aborda los temas de la necesidad de mejorar como sociedad colimense, tomar acciones que beneficien a las familias y sobre todo ser crítico de los sucesos del país y del estado.

Sigue vigente como Director Técnico analizando las propuestas o invitaciones que le realizan para dirigir equipos en México y el extranjero, “no se han aterrizado los proyectos, pero es uno de mis planes a corto plazo, estoy permanentemente tirando esa línea, me interesa ir a Sudamérica porque sirve como plataforma para ir al  fútbol europeo; otro mercado que me seduce es el fútbol de la MLS (La Major League Soccer de fútbol de los Estados Unidos y Canadá)”.

Es empresario desarrollador de vivienda en Colima desde hace varios años, “encontré ese nicho de oportunidad en una actividad paralela al deporte, que es mi pasión y forma de vida, pero siempre consciente que puede llegar a terminar, aunque ya son 40 años en activo en el fútbol”, sonríe.

“En algún momento también ha considerado ser inversionista en algún equipo de fútbol, me gustaría estar en ese rol, tengo la capacidad para correr esos riesgos como empresario, para ello estoy creando las condiciones que permitan concretarlo”.

El consejo de Sergio Bueno para la juventud es: “si tu sueño va más allá de Colima, que no se detengan,hay que luchar, pelear, abrirse camino, siempre con honestidad, porque los otros caminos son más rápidos pero también más rápido pierdes rumbo”.

Insistió que es urgente “apostarle a la niñez y la juventud para un desarrollo con conciencia social para hacer mejor las cosas. El deporte tiene que ser un eje principal para el desarrollo académico de las generaciones presentes, con el deporte disminuyen las situaciones de riesgo del tejido social y procuras mejor bienestar para las familias”.