POR Carmiña Mejía.
Experta en imagen y protocolo, conferencista y escritora.
carmina.mejia@gmail.com · www.facebook.com/bellezadesdeelinterior
En esta época en la que nos tocó vivir, la mayoría de nosotros utiliza Facebook, Instagram, Twitter o nos comunicamos por WhatsApp. Estos medios se han convertido en un escaparate para reencontrarnos con amigos, buscar trabajo, hacer promoción de productos y/o servicios y hasta para encontrar el amor o el desamor.
Cualquiera que sea el uso que les demos, debemos de tomar en cuenta que en todas ellas proyectamos mucho de nosotros. Además, si entre nuestros amigos agregados están compañeros de trabajo, jefes o subordinados, debemos prestar atención a los siguientes puntos:
Foto de perfil: esta imagen debe mostrar las cualidades con las cuales nos “vendemos” laboralmente. Si en tu foto apareces en el antro visiblemente pasado(a) de copas, eres la niña regordeta que apaga sus cinco velas del pastel, o se ven solo tus pies frente al mar, lo siento, pero estás vendiéndote mal.
Pregúntate al observar tu fotografía de perfil: ¿Luzco confiable? ¿Profesional? ¿Me veo responsable y apto para desempeñar tal puesto o cargo? ¿Parezco una persona que genera las altas ventas que promueven mis publicaciones? ¿Confiaría en la persona de la foto mis finanzas y/o patrimonio
Recordemos que nuestra imagen dice mucho más de nosotros que nuestras palabras. Si en tus publicaciones en redes sociales dices que tu negocio es altamente redituable, tienes que proyectar- lo. Si aparece en tu información laboral que desempeñas cierto cargo, es aconsejable que parezcas una persona apta para ello. Si vendes tus servicios como abogado, médico, o financiero patrimonial, tu imagen debe generar confianza.
Algunos de los “tips” infalibles en las fotografías de perfil son; que la foto sea reciente, ver directamente a la cámara, mantener una postura en la que te sientas cómodo(a), no abusar del Photoshop y sonreír.
Ortografía: todas nuestras publicaciones en redes, deben de mantener una ortografía impecable, aún en las conversaciones privadas. Mayúsculas, acentos, signos de puntuación son necesarios y mandan el mensaje claro acerca del nivel de escolaridad con el que cuentas, además de tu cultura.
Si reconoces que necesitas mejorar tu ortografía, la mejor herramienta es la lectura cotidiana y mientras tanto utiliza el autocorrector de textos que manejan todos los teléfonos inteligentes.
Manejo de cuentas: Una excelente opción para que te sientas más libre, es manejar algunas cuentas con tu perfil profesional y otra para tu vida personal. Así podrás segmentar a tus seguidores y/o contactos compartiéndole a cada público la información que te parezca más adecuada.
Publicaciones: Un punto a tomar en consideración si son días laborales, es ser cuidadosos con los horarios en los que subimos publicaciones, ya que, si lo hacemos durante todo el día, las personas se preguntarán si no tenemos nada mejor en qué emplear nuestro tiempo.
Si bien estas plataformas fueron creadas para compartir cuestiones sociales, hoy en día noticias, memes y publicidad inundan los muros de todos sus usuarios. Lo que compartes, también proyecta algo de ti: tendencias políticas, religiosas, ideológicas, futbolísticas y hasta filosóficas generan en nuestros seguidores, una opinión acerca de quiénes somos, en lo que creemos y qué pensamos. Busquemos la congruencia en lo que proyectamos, con los valores con los que nos movemos en la vida real, tratando de respetar los puntos de vista distintos a los nuestros, y evitando en caer en confrontaciones con otros usuarios.
Tal vez en estos tiempos tan polarizados en los que vivimos, valdría la pena traer a las redes sociales aquel consejo de mi abuela que decía: en la mesa no se habla de muerte, de política, ni de religión.