Desde muy joven supo cuál era su proyecto de vida, motivada por los los valores inculcados en su familia.

Por: Aarón Andrade

Ayudar a la comunidad y hacerlo de manera profesional ha sido y será siempre su interés principal. Pastora Ferráez es egresada de una de las primeras escuelas técnicas de trabajo social en nuestro país,  la Universidad Femenina de Guadalajara; años después decidió hacer la licenciatura en la Universidad de Colima y continuar con una maestría en Desarrollo Humano, para seguir actualizándose continuamente y perdurar en el oficio a través de diferentes instituciones y asociaciones civiles.

 

“Dicen mis hijos que soy incansable, yo me considero una persona que quiere aprovechar la vida, la oportunidad de estar aquí y ahora, ser una persona útil, valoro y me inspiro mucho en lo que hago, en mis tres hijos y en mis diez nietos. Tuve unos padres  extraordinarios, unos hermanos encantadores, me defino como una persona que ama a la vida y que siempre procura contribuir en ayudar a los demás”.

 

Pastora Ferráez nació en el puerto de Manzanillo, Col. Su padre, el Ing. Carlos Ferráez Matus, era yucateco, marino y jefe de la zona naval; su mamá fue la señora Amalia Lepe Saucedo, colimense y la influencia principal en su desarrollo personal.

“Viví mi infancia y mi niñez en el puerto, una etapa que recuerdo con mucho cariño, fui una niña muy feliz, eso me  permitió amar mucho la vida y enfocarme en el trabajo social”.

 

Comentó que su inspiración inicial fue una trabajadora social que colaboraba en un centro de salud, una persona que buscaba la manera de solucionar los problemas de la gente en una época en el que el trabajo social era muy incipiente, después de estudiar la carrera técnica en Guadalajara dice haber tenido la suerte de coincidir con la señora Margarita Septién quien buscaba a nuevas maestras para abrir una escuela de trabajo social en el municipio de Comala, institución que ahora es conocida con el nombre de Vasco de Quiroga.

 

Con apenas 18 años comenzó a formar su profesión como maestra para después convertirse en la directora de la primera escuela de trabajo social en el estado, laborando así por más de diez años en esa institución.

“Cuando yo entré en la escuela de trabajo social la señora Margarita tenía una alianza con  unas religiosas francesas que trajo a Comala para  que se hicieran cargo de todas las alumnas que eran internas; las escuela estaba entonces diseñada para alumnas que venían de diferentes municipios, especialmente de zonas  rurales, era una dinámica en donde el trabajo social tenía una visión muy asistencial y humanista”.

 

Tiempo después durante el periodo de gobierno de Griselda Álvarez, la señora Margarita Septién fundó el DIF Estatal Colima e invitó a Pastora Ferráez a formar parte de este instituto; y aunque sólo iba por un sexenio, se mantuvo colaborando por 33 años continuos con gobierno del estado, jubilandose finalmente en el periodo del gobernador Silverio Cavazos.

 

“El trabajo Social es una disciplina profesional que ha vivido diferentes etapas, al principio con un sentido muy existencialista, inspirada  en la filantropía, en hacer bien a los demás, pero se ha venido  transformando con corrientes de diferentes países. En la escuela Vasco de Quiroga cuando inicié en el año 70, nuestro país se encontraba convulsionado por cambios muy importantes, como el movimiento estudiantil del 68, crucial en la historia de nuestro país”.

En los años 80´s se vivió una re conceptualización de la profesión de trabajo social en donde existieron corrientes muy fuertes de pensadores de Sudamérica, argentinos y chilenos que hablaban de una carrera revolucionaria, situación que generó cambios drásticos en la educación, al grado que las religiosas dejaron de ser parte de la escuela Vasco de Quiroga en Comala. Convulsionando las raíces de la profesión, no sólo en nuestro país, sino a nivel mundial.

 

Superado el cambio, el trabajo social tomó una tendencia más humanista, enfocada en la investigación, buscando metodologías y modelos que respetan la realidad social.

 

Después de terminar su periodo de trabajo en el DIF durante 33 años continuos, la señora Pastora Ferráez se dedicó a laborar con programas en favor de la infancia, “tuve la suerte  de comenzar esos programas en nuestro país, me  tocó ir en dos ocasiones a Brasil, a una cumbre mundial infantil, me tocó también instalar la primera oficina de UNICEF en Cuba; las primeras investigaciones de trabajo infantil a nivel nacional se desarrollaron aquí en Colima, hicimos alianzas con UNICEF y Naciones Unidas, fue una época maravillosa y complicada  porque en muchas ocasiones los cambios de administración no te permiten seguir los procesos, pero afortunadamente, se fueron retomando y desde entonces el DIF estatal y los municipales tienen programas que nosotros iniciamos y que siguen vigentes velando por los derechos de las niñas y los niños”.

“Me quedé más tiempo en mi cargo porque llevábamos una investigación muy importante con la OIT y con los  hoteleros de Manzanillo en el tema de prevención de la explotación sexual comercial infantil”. Al terminar el proyecto le pidieron ayuda en la organización política del PRI, en la coordinación y dirigencia de las mujeres priistas en el estado.“Cuando inicié con otras compañeras en los diferentes municipios, lo que hicimos fue armar una estructura, fue algo histórico por que fueron más de 11,000 mujeres que se lograron afiliar en esta organización  en todo el estado, mujeres que siguen avanzando, nos metimos  mucho en proyectos sociales porque es mi tendencia y logramos en ese periodo que hubiera más regidoras en los municipios”.

  

Pastora Ferráez asegura que seguimos viviendo una situación de violencia política hacia las mujeres en todo el país, “es una realidad, yo lo viví y no con el ánimo de victimizarme, pero sigue habiendo en los sectores políticos la tendencia machista y patriarcal, se ha avanzado sobre todo en las leyes, la parte jurídica, la paridad, soy testigo fehaciente de ello pero falta mucho por hacer”.

 

En el 2018 crearon el colectivo Mujeres Agentes de Cambio, formando una asociación civil con una interesante estructura de mujeres jóvenes y adultas, con gran diversidad en los perfiles, con el objetivo de empoderar a las mujeres a través del cumplimiento de sus derechos, pero con una visión hacia la cultura de paz.

 

“Hemos analizado los objetivos y la estructura, estamos organizadas debidamente como asociación civil, en este momento yo soy la representante legal y presidenta, aparte de este órgano tenemos  la estructura de una asamblea en donde entra cualquier mujer que nos lo solicite y le damos su nombramiento para  que forme parte de nosotras, mujeres de todos los partidos políticos, es el plus de nuestra asociación que ha sido muy respetuosa y  aunque existen diferentes formas de ver la política y diferentes ideologías, hemos logrado superar las diferencias porque nos queda claro que las mujeres organizadas de manera objetiva podemos avanzar más”.

Actualmente Pastora Ferráez se encuentra colaborando en el DIF municipal de Villa de Álvarez,  buscando siempre programas novedosos y la participación de  la sociedad civil en apoyo a la infancia a través de programas de becas y estímulos. “Es un proyecto que me tiene entusiasmada, el regreso al DIF  me viene a retroalimentar, me interesa mucho el tema de los niños  y seguiré buscando espacios para servir a la comunidad que se ha convertido en mi estilo y proyecto de vida”.

 “La vida es muy corta y el poco tiempo que estemos en este mundo debemos de aprovecharlo apoyando a los que lo necesitan”.