El gobernador buscará que no haya ninguna intervención ni apoyo de su administración para su partido… ni para ningún otro.
El gobernador de Colima, Ignacio Peralta, aseguró que, en lo que a él y su administración corresponden, buscará que no se dé ningún tipo de intervención y que el proceso electoral en curso transcurra completamente apegado a lo que marca la normativa electoral, por lo que no habrá apoyos para su partido… ni para ningún otro.
“Como gobernador yo no voy a apoyar a ningún partido político; yo intentaré, dentro de mis facultades, que el proceso electoral se desenvuelva apegado a la ley”, dijo Peralta en entrevista con EstaciónPacífico.com, medio aliado de la revista Decisión 2021.
El mandatario estatal indicó que la Constitución de Colima tiene una restricción constitucional en la que menciona que el titular del Poder Ejecutivo no puede intervenir en el proceso electoral, y afirmó que no le gustaría ser quien motive la anulación de las elecciones, como sucedió en 2015, cuando él era candidato a la gubernatura.
Por ello, indicó que la única manera en la que apoyará a su partido es votando durante la jornada electoral, y que si alguno de sus funcionarios tiene el interés de contender por un cargo de elección tendrán que respetar la normativa electoral.
—Seguramente tu partido querrá que lo apoyes en este proceso electoral. ¿Cuál es la actitud de tu administración y la tuya personal ante este proceso electoral?
“Colima tiene una particularidad muy interesante, existe una restricción constitucional de que el gobernador no puede intervenir en el proceso electoral intentando hacer que la votación se dirija en una dirección, en una persona o en un partido. Está penado por la Constitución y ha generado en Colima dos de las tres anulaciones a la gubernatura en la historia de México”.
“Yo no quisiera ser protagonista de una situación de esas. Yo no quisiera dar pie a que en un momento dado se anule el proceso electoral. Yo envié en noviembre o diciembre un oficio a todos mis funcionarios, no quiero que nadie vaya a causar una situación de nulidad. Desconoceré cualquier acción que un funcionario haga, en el sentido de que no es una instrucción o una orden del gobernador”.
—Es decir, ¿no vas a apoyar a tu partido?
“Voy a ejercer mis derechos políticos como militante del PRI, es decir, asistiré a votar”.
—Pero, como gobernador, ¿tu administración no va a participar en el proceso electoral?
“No, como gobernador yo no voy a apoyar a ningún partido político. Yo intentaré, dentro de mis facultades, que el proceso electoral se desenvuelva apegado a la ley, que prevalezca la democracia, que el pueblo se manifieste a través del voto. Y participaré como persona lo que la ley me permite, ejerciendo mis derechos políticos, particularmente acudiendo a votar por quien yo considero que es la opción adecuada”.
—¿Nada de apoyo de tu administración a tu partido?
“No, eso no se puede hacer. Ni a mi partido ni a ningún otro”.
—¿Por qué la aclaración?
“Porque yo tengo muchos amigos en muchos partidos políticos y en muchos proyectos políticos que están buscando posiciones de carácter electoral, y que no necesariamente militan en mi partido”.
—¿Pueden creer en tu partido que si no hay apoyo al mismo sí lo habrá a otro partido?
“Bueno, espero que tampoco se den interpretaciones de ese tipo. Así como hay militantes de mi partido que están aspirando a alguna posición, también existen trabajadores, funcionarios de mi administración que están aspirando a posiciones políticas de otros partidos políticos. También ahí es donde se tendrán que tomar definiciones”.
“El oficio que yo mandé aplica para todos los funcionarios, independientemente de sus aspiraciones y de en qué partido político las quieran desenvolver”.
—¿Cuándo se tienen que ir los funcionarios que tienen algún interés en participar en el proceso electoral?
“Quien tiene una aspiración debe de concentrarse en eso. Sin embargo, hay algo que debe de imponerse como criterio: que se cumpla con lo que establece la legislación, que se haga lo que la ley obliga. Si la ley obliga a que dejen las posiciones, las tienen que dejar”.
“El segundo criterio es que no interfiera con el trabajo. Siendo un funcionario, para mí la prioridad es que haga su trabajo y que el tiempo que le quede libre lo pueda dedicar a las actividades políticas”.