POR Aarón Andrade Ramírez
Hazañas de una vida extraordinaria
Nació en Aguascalientes el 23 de marzo de 1937, en ese estado tuvo la oportunidad de estudiar el preescolar y la primaria, ya no pudo continuar con los libros y la escuela debido a que, en aquel tiempo, la situación económica era diferente y las familias numerosas, por lo que se vio en la necesidad de empezar a trabajar desde muy pequeño para colaborar con el sustento de la casa.
Cinco de sus doce hermanos nacieron en la tierra hidrocálida, y a la edad de doce años le tocó conocer Colima; su padre que trabajaba como secretario del sindicato de trabajadores ferrocarrileros de México fue trasladado para cubrir esta región de palmeras, así comienza la historia de Melchor Ursúa Quiroz, con una trayectoria cargada de anécdotas y experiencias que dejan un referente en el servicio a la sociedad.
¡LOTERÍA!
“Éramos catorce en la familia y teníamos que sacar para la sopa, es entonces que mi hermano puso un negocio de llantas y mi padre se regresó a Aguascalientes continuando con el trabajo del ferrocarril. A mi padre le favoreció la suerte y se sacó la lotería, fue entonces que se regresó a vivir a Colima para estar todos juntos en familia”.
Después de recibir el premio del sorteo fue que hicieron crecer el negocio de la llantera. Mario Ursúa el mayor de los hermanos, se encargó de comprar un terreno en la calle 5 de mayo # 128, una casona grande en donde se pudieron adaptar con todo lo necesario para la nueva vulcanizadora Ursúa. Siendo en aquel tiempo los únicos en Colima que reparaban y vendían llantas, el negocio prosperó rápidamente.
CRUZ ROJA Y BOMBEROS
El gusto de Melchor Ursúa por ayudar inicia cuando su hermano Luis Ursúa ingresó a la Cruz Roja; en ese tiempo también se formó el primer cuerpo de Bomberos de Colima y otro de sus hermanos mayores, Octavio Ursúa, era el comandante, utilizaban el taller de llantas como cuartel y desde entonces comienza la travesía de los bomberos en Colima con el apoyo de Juan Oseguera, Rafael Briceño y Don Jorge Hassam.
“El cuerpo de bomberos inició en la época del General Lugo, recuerdo que teníamos un camioncito que se utilizó para hacer la carretera a Coquimatlán, para poder regar el camino, porque Colima en aquel tiempo estaba muy amolado, eso provocó que se dañara el camión y con ello también se ocasionaron muchos problemas qué hizo que se terminará aquella primera organización”.
En la Institución de la Cruz Roja Melchor Ursúa aprendió desde abajo y estuvo casi en todos los puestos hasta llegar a presidente; es en el periodo del Gobernador Pablo Silva cuando lo llamaron para formar el nuevo Cuerpo de Bomberos porque habían adquirido una camioneta Datsun con extintores a los lados y la fueron adaptando con una pequeña pipa y equipo de rescate rudimentario.
“Así fue que empecé a invitar a muchos amigos con los que se reinició el proyecto; el Cuerpo de Bomberos y Cruz Roja estaban unidos en el mismo edificio, hasta que empezó a haber problemas de personal y hubo la necesidad de separar las instituciones”.
Es en el gobierno de Noriega cuando se compra el primer vehículo oficial de bomberos, asegura Melchor Ursúa “éramos cuatro jóvenes, entre ellos Daniel, Rocha, un primo y yo. Nos fuimos a Estados Unidos y nos dedicamos a buscar equipo, y nos trajimos lo que actualmente es la unidad número uno; un camión que trasladamos una parte rodando y otra parte en grúa, porque a la mitad del camino se desvieló; pero fue una gran aventura que jamás olvidaremos, traer el camión desde Pescadero California, un vehículo modelo 1934 que aún funciona y es el que sale haciendo punta en los desfiles de Colima”.
“Los americanos nos trataron bastante bien, fueron muy amistosos, llegamos a los cuarteles de bomberos y nos regalaban equipo, uniformes, botas y muchas cosas usadas pero que nosotros le dimos muy buena utilidad. Regresamos con el equipo a Colima y se reforzó entonces el cuerpo de bomberos, continuando en el taller de Guillermo Prieto # 580. Allí fue el cuerpo de bomberos por un buen tiempo”.
Debido a la situación económica de esa época y a las circunstancias en las que se encontraba el cuartel se creó una organización y se logró hacer un patronato en el que Jorge Hassam fue el presidente y Guillermo Brun el tesorero y así comenzó a progresar un poco más el Honorable Cuerpo de Bomberos trasladándose a la esquina de Nigromante con Manuel Álvarez.
Años después Ramón Barreto se hizo cargo del Patronato durante el periodo de la Gobernadora Griselda Álvarez y se consiguió el terreno en Emilio Carranza # 550 en el centro de la ciudad, con apoyo de Carlos Salazar que era el presidente municipal de Colima, Vázquez Oldemburg y el ejército, quienes estaban interesados en que los bomberos avanzaran.
“Y así hemos luchado para ir mejorando las instalaciones y comprando camiones que sean funcionales, con muchas aventuras para conseguirlos, hemos traído equipo donado de Estados Unidos y Canadá o que nos han vendido en un costo simbólico”.
Por su trayectoria y experiencia a Melchor Ursúa le ha tocado formar el cuerpo de Bomberos de Colima, Tecomán, Armería, Manzanillo, Villa de Álvarez, Comala y Cuauhtémoc. “En la actualidad somos 180 elementos voluntarios y consideró que le damos un servicio muy eficiente a la población, con el equipo que se tiene se ha logrado un buen conjunto organizado”. Aseguró Melchor Ursúa.
PROTECCIÓN CIVIL
Protección Civil surge con Elías Zamora Verduzco como gobernador de Colima y Miguel de la Madrid Hurtado como el presidente de la república, cuando fue el temblor del 85, viendo las problemáticas ocasionadas y la falta de personal de apoyo, inició la idea de hacer lo que es esta organización voluntaria.
“Se pidieron opiniones de toda la re- pública para ver cómo constituirlo y en mayo del 86 quedó lo que es ya formalmente la organización. Elías Zamora me llamó y me dio el cargo de director de Protección Civil y me preguntó cuánto quería ganar, yo no sabía ni qué es lo que iba a hacer todavía; le pedí que me esperara un poco y comenzamos con una camada de amigos sin cobrar un solo peso”.
Durante 21 años Melchor Ursúa se mantuvo al frente de protección civil sin un sueldo, pero si con la obligación y la responsabilidad que le caracterizan. Esta es una de las causas por las que se le otorgó el Premio Nacional de Protección Civil por parte del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa y en el mandato de Enrique Peña Nieto un reconocimiento nacional como Ciudadano Ejemplar.
“Ahí tengo todos los reconocimientos que me han dado, y los aprecio bastante porque son demostraciones de que se están haciendo las cosas bien y que hemos dejado huella en Colima con el trabajo de Protección Civil y Bomberos, Creo que en ese aspecto no hemos fallado”
“Estos tres últimos años que llevo con el gobierno de Nacho Peralta me pidió que lo apoyara, me ofrecieron un sueldo pero no quise recibirlo, estoy aquí con el cargo y título de Presidente de la Junta de Consejo de Gobierno del Estado de Protección Civil y con el entusiasmo de siempre; tengo mi pensión y con esa estoy a gusto, seguimos dando el servicio a la población en todo lo que podemos y sabemos, siempre dispuestos para apoyar a la gente y salir adelante con las situaciones que se presenten”.
A Melchor Ursúa siempre le ha gustado el deporte, lo que lo ha mantenido con una buena condición física; desde su juventud ha formado parte de equipos, de béisbol, fútbol, voleibol, básquetbol y también ha practicado deportes individuales como el buceo, natación, tiro deportivo y la aviación, aprovechando sus aptitudes y actitudes para el beneficio de su labor profesional.
Además Bomberos y Protección Civil se mantienen en capacitaciones constantes. “Hemos ido a muchas partes a recibir cursos como en Bryan Texas, en donde estuvimos como ayudantes de instructor en la escuela de bomberos, ahí se reúnen bomberos de América del sur y América central, inclusive de España, es una escuela muy grande; también hemos asistido a capacitaciones en San Antonio, San Diego, Nuevo México y Francia”.
Es Colima y sus volcanes, la costa, los huracanes, los temblores y las distintas eventualidades lo que ha convertido a la región en una escuela constante. “El peligro existe pero el riesgo crece por la falta de conocimiento y la irresponsabilidad que tienen algunas personas”.
Han venido de todo el mundo a ver cómo se realiza la evacuación de las zonas aledañas al volcán, la organización que mejor funciona asegura Melchor, es cuando el pueblo, el gobierno y los científicos están coordinados y de acuerdo en lo que se tiene que hacer.
“NO ME CONSIDERO UN HÉROE”
“Me ha tocado rescatar a mucha gente del fuego, he salvado a muchos de morir ahogados, he bajado a muchas personas que se han perdido en las montañas, y también he recuperado muchos cuerpos sin vida de todo tipo de accidentes, pero la verdad yo no me considero un héroe, las cosas que hago las hago por gusto y porque se hacerlas, las ocasiones se presentan y sí yo sé cómo resolverlas las resuelvo y ya. Porque cuando haces las cosas bien, la vida te lo regresa. A veces las personas ni me conocen o no sabe quién los rescató o quién les hizo ese favor, pero la satisfacción es personal y se queda aquí en la memoria”.
Cuenta Melchor Ursúa que en una ocasión llegó a un restaurante en Tecuanillo y al ir entrando se asomó en una pequeña alberca y en el fondo estaba un niño, sin pensarlo con todo y ropa se aventó al agua, lo sacó, le dio respiración, primeros auxilios y el pequeño se salvó. “Si no lo hago se ahoga, pero eso no es el heroísmo simplemente me metí y lo saqué porque lo vi y estuve ahí en ese momento”.
“Soy un hombre con mucho carácter y satisfecho con lo que he logrado; actuamos conforme la vida nos va llevando, y según en donde naces, creces y con quien te juntes es conforme vas aprendiendo a vivir. Creo que si volviera a empezar, tomaría el mismo camino”. Melchor Ursúa Quiroz.