El ambiente externo y las circunstancias activan o desactivan la expresión de nuestros genes
Por: Ale Torres
El ambiente cambia la expresión de nuestros genes
En estos días de encierro o confinamiento, me encantó que se haya hecho visible y se hable más sobre la importancia de la salud mental, el valor de saber estar solos (o con nosotros mismos) y darnos cuenta de que no necesitamos tantas cosas que creíamos indispensables para poder vivir.
Lo que también nos ha hecho ver con ojos de plato esta “cuarentena” de más días, es que no podemos dejar de lado nuestra salud, ya sea física, mental y espiritual; que nuestro sistema inmune siempre debe estar en las mejores condiciones para enfrentar cualquier virus, bacteria o bicho que se le atraviese y, por supuesto, darle ese plus con nuestra actitud.
¿Sabían que nuestras emociones pueden cambiar nuestro cuerpo?
Antes creíamos que el destino de nuestro cuerpo estaba marcado por el ADN y los genes que heredamos y, ¡oh! ¡Pobres de nosotros! que si la diabetes de la abuela, la hipertensión del papá, el cáncer de la tía y así… nos hacíamos la película de nuestra vejez.
Pero resulta que gracias a la Epigenética, se ha comprobado que el ambiente externo y las circunstancias son las que activan o desactivan cómo se expresan esos genes. Y lo más interesante: ¿cómo es que dos personas con el mismo ADN, expuestas al mismo ambiente reaccionan de manera diferente? por la percepción y la información que el sistema nervioso envía a las células.
Si todo el tiempo tenemos emociones negativas, generamos químicos como la adrenalina y el cortisol que tendrán efectos en nuestra salud. Son nuestros pensamientos frecuentes los que pueden hacer la diferencia y darle la vuelta a la historia de salud familiar. Por eso es que ahora se han impulsado prácticas que van desde el yoga, la respiración o el mindfulness que nos ayudan a dirigir mejor nuestros pensamientos.
¿Practican alguno de ellos?