La idea es sencilla, ponerse en los zapatos del otro. Sin embargo es algo que cada vez practicamos menos. La empatía es una poderosa herramienta que nos permite entender en ocasiones el porqué de las reacciones de los demás ante cualquier circunstancia. A diario observamos situaciones donde la gente alrededor reacciona de diversas maneras. Nos damos el tiempo y el lujo (a veces innecesario) de juzgar los comportamientos de las personas con base en nuestras percepciones y damos por sentado que alguien hace un bien o un mal, sin ponernos en su lugar, sin tratar de adaptar nuestro punto de vista al de esa otra persona.
¿Por qué es importante la empatía en tu empresa?
Una escala de valores rige los comportamientos cotidianos de las personas y en muchas ocasiones el nivel de uso que damos a nuestras acciones de valor, se fija de acuerdo al juicio que hacemos del comportamiento de los demás. Este juicio está determinado en mucho, por el nivel de empatía que practicamos.
¿Cómo estar seguros que alguien reacciona con ira si no conocemos las circunstancias que generan esa reacción?
¿Cómo podemos estar de acuerdo con ese amigo o amiga que piensa diferente con respecto al aborto si no conocemos las condiciones que los llevan a pensar de esa manera?
¿Qué te hará sentir compasión por una desgracia o una situación difícil si no has visto la situación como la ve alguien que sufriendo eso?
La empatía responde a todo esto. Siempre ayuda sumar un poco de integridad a la manera en cómo vemos el mundo que nos rodea. Hablaremos de integridad en la siguiente entrega de esta colaboración. Junto con la empatía, son necesarios los complementos de comunicación, confianza y honestidad, para poder tener un panorama completo de lo que queremos entender. A nivel personal un buen grado de empatía nos podría permitir ser una sociedad de mejor convivencia y conciencia al momento de actuar.
Pero en la empresa, desarrollar este valor en todos los niveles del organigrama, hará que las personas no solo se sientan más «conectadas» entre sí, sino que se sentirán mucho más en sintonía con la empresa, porque permite que las decisiones y las conductas sean menos juzgadas como buenas o malas y de esta manera mejor aceptadas o razonadas por los demás.
¿Cómo desarrollar la empatía?
A través de acciones con una comunicación eficiente, con transparencia en la toma de decisiones y con honestidad cuando se habla con los empleados acerca del rumbo y las decisiones que les afectan (no siempre tiene que saber todo). Es una ambiente laboral favorable el que permite estas circunstancias y que además contribuye a que la empatía esté presente de manera más latente en nuestra empresa.
La idea sigue siendo sencilla, «cada quien habla como le va en la feria» y entonces, cada quien ve las cosas de diferente manera y podríamos ser sensibles a cómo cada uno de nosotros entiende lo que pasa alrededor.
Tú, ¿cómo desarrollas la empatía en tu empresa?
Hasta luego.