POR Ale Torres
Coach en cambio de hábitos, mamá bloguera, comunicóloga y alumna del Centro de Kabbalah México. aletorres111@gmail.com
www.aletorresblog.com

Me costó mucho trabajo entender y aceptar que -como adultos- somos los responsables de nuestra salud. Que ni el gobierno, ni los sueldos, ni el tiempo, ni el trabajo, ni la flojera o lo que sea, tenían la “culpa” -totalmente, aunque hay cosas cuestionables- de enfermarnos o estar mal.
En mi caso, puedo decir a mi favor, que en ese entonces no tenía ni la madurez, ni la necesidad, ni la información necesarias para tomar cartas en el asunto, porque -a veces- comer sano, es más una cuestión de creatividad y ganas de cocinar, que de dinero mal administrado.
La ironía viene ahora que, inundados de información -para muchos- accesible gracias al internet, tampoco tenemos los elementos que nos ayuden a decidir hacer un cambio en nuestra rutina y saber elegir lo que más nos conviene. Buscamos ideas, preguntamos y tenemos como resultado mucha información cruzada y contradictoria, dejándonos peor que antes y haciéndonos dudar sobre nuestra decisión de querer hacer un cambio y desistimos.
Por eso, si entre sus propósitos para este 2019 está bajar de peso o ser más sanos, les comparto tres tips que a mí me han ayudado a comer mejor, sin complicarme la vida, porque creo que ahí está el secreto. Espero, les sean de utilidad:

AGREGAR ANTES DE QUITAR

Lo primero que hacemos cuando queremos mejorar nuestra alimentación, es quitar y de golpe todo aquello que -quizá- nos hace mal y decimos: “Desde mañana ya no como pan, carne, grasas, azúcar, lácteos o lo que sea que me haga engordar” como si fuera algo tan fácil. No, no lo es. Intentamos hacer eso, y sufrimos, porque el cuerpo al estar acostumbrado por años a ciertos alimentos, los busca desesperadamente cuando no los encuentra. Sin embargo, si empezamos a añadir cosas más sanas, antes de quitar las que no lo son, les vamos quitando espacio y necesidad. Lo mejor es comenzar con un simple vaso de agua tibia natural al despertar (puedes agregarle un poco de limón) y consumiendo más verduras con tus comidas.

SUSTITUIR O CAMBIAR UNA COSA A LA VEZ

Cada quien se conoce y si no, esta es una buena oportunidad para hacerlo. Enlista las cosas que quieres dejar de comer y empieza por la que te cuesta menos trabajo. Para las más difíciles, busca sustitutos y lleva un diario o registro de lo que comes durante el día. Algo que ayuda es anotar en tus pendientes del día lo que desayunarás, comerás y cenarás.

SÉ FLEXIBLE CONTIGO.

Pero no abuses. Hay sólo dos cosas con las que no se debe flaquear: los refrescos y toda la comida procesada o chatarra (botanas, galletas, embutidos, etc.) esa no tiene perdón. Pero si te sales de tu propósito, corrige de inmediato y no te dejes llevar por el “ayyy, ya no pude, ni modo. Entonces vuelvo a comer como antes”.
Como dicen por ahí, lo mejor es ir por “un día a la vez” y de a poco. Así es como se construyen los hábitos más fuertes. Que este 2019 esté lleno de salud.