DR. NAPOLEÓN MEJÍA GONZÁLEZ
Cirujano Ortopedista y Traumatólogo
- Egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colima.
- Especialidad en Ortopedia y Traumatología en la Unidad Médica de Alta Especialidad “Hospital de Traumatología y Ortopedia de Lomas Verdes”, en el estado de México, recibiendo el aval universitario por la UNAM.
- Certificado y recertificado por el Consejo Mexicano de Ortopedia yTraumatología.
- Presidente de Colegio de Ortopedia y Traumatología del Estado de Colima en el periodo 2017-2019, el cual esta a lado a la Federación Mexicana del Colegio de Ortopedia y Traumatología (FEMECOT).
Uno de los retos a los que se enfrenta nuestra especialidad en el siglo XXI es el envejecimiento de la población que acude a nuestros centros, así como la presencia de lesiones traumáticas más severas (principalmente por accidentes vehiculares a mayor velocidad). Estos cambios han generado una necesidad de replantear la forma en que se estaban operando nuestros pacientes para encontrar un método más efectivo y que genere un menor número de complicaciones. De ahí nace la cirugía de mínima invasión.
En aquella época, los años 50, se mostraba un gran énfasis en la reconstrucción anatómica y el mantenimiento de la osteosíntesis con sistemas de fijación interna muy rígidos. A pesar de que esos principios eran aplicables a un gran número de fracturas, no todas debían ser tratadas de ese modo por la importante agresión que se generaba a la piel y músculos alrededor del hueso.
Así, el convencimiento de que la reconstrucción anatómica a veces solo lleva a una gran destrucción de los tejidos blandos adyacentes, y a una pérdida de la trama vascular de los fragmentos óseos implicados en la fractura, con la consecuente falta de cicatrización y aparición de no uniones.
De una forma progresiva ha habido un cambio en aquella filosofía y ahora el énfasis está en la preservación del entorno biológico de las fracturas, donde solo se persigue un alineamiento espacial de los principales fragmentos implicados y potenciando el concepto de lo que hoy se conoce como osteosíntesis biológica.
Es por eso que las casas comerciales de implantes ortopédicos han apostado al desarrollo de nuevos sistemas de placas bloqueadas, clavos y otros muchos implantes que faciliten su colocación y que generen una mayor estabilidad de los fragmentos. Con ellos se pretende a mantener la estabilidad mecánica suficiente en la fijación interna de la fractura y preservar el potencial de consolidación en los tejidos involucrados.
En resumen, lo que se busca es que al momento de realizar la cirugía de mínima invasión el cirujano sólo realicen las incisiones lo más pequeñas posibles, (pero que sean suficientes para lograr la estabilidad y reducción necesarios), respetando prioritariamente la musculatura y la circulación local del hueso así como el hematoma que ya generó la misma fractura, el cual ha demostrado favorecer una cicatrización ósea más rápida y efectiva. Esto confirma el principio ancestral de la medicina de “primun non nocere” que significa “primero es no hacer daño”, ya que muchas veces las heridas que solíamos realizar generaban un mayor daño que la fractura por sí misma.
Para ello contamos con gran arsenal de implantes de nueva generación que facilitan la realización de las técnicas de osteosíntesis biológicas, aunque también se pueden realizar dichas técnicas con algunos implantes tradicionales. Lo que sí es un requerimiento fundamental, es un entrenamiento intensivo del cirujano para lograr un adecuado resultado. Muchas de estas técnicas requieren de una curva de aprendizaje muy larga, de ahí la importancia de contar con un cirujano bien entrenado, más que del implante de última generación.
Entre los implantes y técnicas de mínima invasión más utilizados nos encontramos con:
- Placas LCP (de sus siglas placas de compresión bloqueadas) en sus diferentes variables de placas anatómicas
- Clavos centromedulares
- Tornillos especializados
- Fijadores externos
- Artroscopia
Finalmente debemos recordar que no todas las fracturas son susceptibles de que se realicen
dichas técnicas, y que siempre es prioritario cumplir con los principios de una adecuada reducción y estabilidad de los fragmentos de la fractura para poder lograr una consolidación satisfactoria.
Por eso es importante verificar que su cirujano Traumatólogo y Ortopedista esté bien entrenado y certificado; ya que esto favorecerá a que se tomen las mejores decisiones con respecto al tipo de técnica quirúrgica y al tipo de implante que cada paciente requiere, de forma personalizada, para que se obtenga el mejor resultado en el manejo de sus lesiones musculoesqueléticas.